martes, 28 de febrero de 2012

Día oficial de la felicidad

Qué le vamos a hacer si he nacido con el don de observar y de rajar. Qué le vamos hacer. Hay gente que pasa por la vida con los famosos litros de horchata en las venas. Yo llevo una mezcla de té moruno, chili picante y cafeína. Pero el mensaje de hoy es, a pesar de: Mourinho, los soporíferos telediarios, los modelos de belleza obsoletos, las tallas 38 que te hacen puré el chocho y un largo etcétera, voy a expresaros mi felicidad a día de hoy. ¿Será que he tenido plan camero? Negativo. ¿Será que tengo un nuevo vecino sueco que toca sonatas de piano? Negativo de nuevo. A día de hoy pienso: me he tomado un té, hace sol, la bomba nuclear no asoma detrás de mi cogote y mi edad indica que todavía me queda mucho por vivir. Con lo que llego a la conclusión de que toda esa tediosa basura encabezada por la crisis, nuevas bacterias que se crían silenciosamente en naves industriales con la intención de hacernos dependientes de medicamentos varios y otras somnolientes realidades, me la traen al pairo. No quiero fijarme permanentemente en las grietas por donde supura la ansiedad colectiva, quiero concentrarme en este bonito volcán que hemos coronado: la vida. No van a conseguir aguarme la fiesta. Porque estoy harta de abrir periódicos y desear ser una ardilla. Esta guerrilla silenciosa de desazón y desmoralización masiva ya les viene bien. Están muy interesados en que estemos permanentemente tristes y con el ojete bien prieto para decir sí a todo. ¿Pues sabéis qué os digo? Que yo digo que NO. Que esa no es la vida que yo quiero. ¡Ala, a las barricadas urbanas y de pueblo!

1 comentario:

Ceci Pereza dijo...

¡Ole! No quiero añadir más a lo que está tan bien dicho. Saludos y felicidades por el blog, me encanta leerte.