Iba circulando por la calle a esa hora tan depresiva que son las 8 de la tarde, cuando la gente se acumula en las cajas de los supermercados, arrastra los pies, arrambla con cajas de comida de perro etiquetada para consumo humano, lanza la mirada hacia el infinito y maldice su rutina sin escapatoria aparente.
En esas estaba yo, leyendo carteles en tiendas de baratijas, observando fachadas modernistas, cuando adivino a lo lejos dos niñas gritonas, vestidas con uniforme de escuela monjil. Parecía criters. Gritando como salvajes y pegando a su madre, una pija raquítica entaconada y cargada con una bolsa de papel cara.
La madre encima se reía, mientras las dos salvajes se reventaban las cuerdas vocales y correteaban como dos potrillos salvajes. Me paré a observar el cuadro, pero ayer ya llevaba mi propia mochila bastante llena, como para batallar contra salvajes desconocidos. Porque estoy segura que les digo que se callen, y la madre me diría que las dejara, que se estaban expresando.
Me dio asco. Unas niñas mimadas y maleducadas que corrompen el silencio de la depresión de las 8 de la tarde. Otro salvaje superior ya les enseñará con el tiempo salvajadas mayores pedir una piruleta a gritos.
miércoles, 27 de octubre de 2010
martes, 26 de octubre de 2010
No quiero entreteneros
Así, a bote pronto, con el cable cruzado y escuchando Bizarre Love Triangle, os puedo asegurar que no me ha ocurrido ninguna astracanada digna de mención. Estoy concentrada en la producción. Lo raro me atrae con poca intensidad. Vimos una peli de Larry Clark en comunidad, y la verdad es que ni fu ni fa. A mi tanta polla, pajillas de media tarde y asesinatos de abuelos, me da un poco lo mismo. Todo lo que sea apología del retraso mental humano, como que no me tira mucho. Sí, en mi carnet pone 87 y sumando. Será desidia otoñal o vete tú a saber qué. El arte de repetir. La repetición conduce al orden. Y el orden extremo al caos.
En fin, voy a comerme una chocolatina para desarmar el mal humor. Si alguien quiere contribuir con una frase, un cardo sometido al arte de la tijera, o una greguería, se puede. Amaros y reproduciros como Gremlins, el mundo necesita stocks de almas cándidas.
En fin, voy a comerme una chocolatina para desarmar el mal humor. Si alguien quiere contribuir con una frase, un cardo sometido al arte de la tijera, o una greguería, se puede. Amaros y reproduciros como Gremlins, el mundo necesita stocks de almas cándidas.
jueves, 21 de octubre de 2010
La décadence
Ayer, empujada un poco por el cansancio y el frío invernal, acabamos viendo una peliculita que nos dejó un poco mirando a Cuenca: La caída del imperio americano. Salvo alguna frase que traspasó mi línea de interés para quedarse en mi cabeza, como que siempre que las mujeres toman el mando el imperio de turno está en crisis (Cleopatras y compañía), el resto nos dejó un poco patitiesos.
Básicamente, al más puro estilo Woody Allen modo pesadilla, trataba de la vida de profesores universitarios entraditos en carnes que se enrollaban con estudiantes de doctorado, iban a congresos internacionales salpimentados de lencería fina y hacían apología de sus necesidades nunca acabadas de cubrir y la incesante búsqueda de coños húmedos (sic). Entonces pienso, vaya mierda de vida si sólo te queda perseguir coños en salsa. En fin. Las mujeres tampoco salían mucho mejor paradas. Asistentes involuntarias a orgías, matándose en las máquinas del gimnasio, imaginando sexo oral con negros de la Martinica.
Si esto es la edad adulta, que me busquen en el parque del Mac Donalds o en algún campamento de montaña. Y encima eran tirando a feos.
Básicamente, al más puro estilo Woody Allen modo pesadilla, trataba de la vida de profesores universitarios entraditos en carnes que se enrollaban con estudiantes de doctorado, iban a congresos internacionales salpimentados de lencería fina y hacían apología de sus necesidades nunca acabadas de cubrir y la incesante búsqueda de coños húmedos (sic). Entonces pienso, vaya mierda de vida si sólo te queda perseguir coños en salsa. En fin. Las mujeres tampoco salían mucho mejor paradas. Asistentes involuntarias a orgías, matándose en las máquinas del gimnasio, imaginando sexo oral con negros de la Martinica.
Si esto es la edad adulta, que me busquen en el parque del Mac Donalds o en algún campamento de montaña. Y encima eran tirando a feos.
miércoles, 20 de octubre de 2010
Motivos para seguir corriendo
Ayer por la noche mi comunidad de amadas vecinas me asaltó con un dvd en la mano y una amenaza: ponte el pijama ahora mismo y ven a ver esto. Después de intentar ver un dvd rallado, pasamos a una obre de arte y ensayo patrio que vamos, nos dejó a punto para ir a urgencias de psiquiatría e ingerir dosis masivas de Diazepan.
La enseñanza que sacamos, así de primeras, fue que tenemos una vida estupenda. La chica de la peli, Noelia, trabaja en una gasolinera, emite 4 monosílabos cada hora, tiene la mirada perdida, va vestida con un abrigo acrílico con una capucha deprimente y cena pan con chocolate en una pensión de abuelos. Y para enmendar el plan, trabaja como buzoneadora por las tardes, metiendo mierda marketiniana en los buzones, con sus llagas en la mano y sus mentiras de interfono.
Vamos, una delicia. Quiero pensar que el mundo necesita comedias y vías de escape. Yo dormí a pierna suelta, pero la verdad es que la peliculita era una oda a la depresión.
Amigos, que no os confundan (más). Feliz miércoles.
La enseñanza que sacamos, así de primeras, fue que tenemos una vida estupenda. La chica de la peli, Noelia, trabaja en una gasolinera, emite 4 monosílabos cada hora, tiene la mirada perdida, va vestida con un abrigo acrílico con una capucha deprimente y cena pan con chocolate en una pensión de abuelos. Y para enmendar el plan, trabaja como buzoneadora por las tardes, metiendo mierda marketiniana en los buzones, con sus llagas en la mano y sus mentiras de interfono.
Vamos, una delicia. Quiero pensar que el mundo necesita comedias y vías de escape. Yo dormí a pierna suelta, pero la verdad es que la peliculita era una oda a la depresión.
Amigos, que no os confundan (más). Feliz miércoles.
lunes, 18 de octubre de 2010
No hay control
Soy experta en esas situaciones en que uno sale a comprar un paquete de kleenex vestido con cuatro trapos y llega muchas horas después a su punto de origen, y por el camino ha comido empanadas, le han medio convencido para ir a un garito y lo mejor de todo, vuelve a casa con 500 gr. de remordimientos en escabeche.
Qué fácil soy de convencer. El sábado por ejemplo a punto estuve de acabar intoxicada, etílicamente hablando, y ser tele transportada a un garito de perdición. Tuve que decir las cosas por su nombre y presentar mi campaña No quiero arrastrarme con los crápulas. Como venganza, se me acusó de rancia y de ir a tomar chocolate con las viejas. Pues sí. Estoy harta de las resacas inmundas que me ponen de muy mal humor.
Y si el sábado puede plantarme, ayer, así, de la nada me tomé 7 cañas, con lo que certifica que las personas somos seres complejos e inesperados. Cuando dije orden, sucedió el desconcierto y cuando pensé encierro, sucedió el desmadre.
Amigos, no digáis lo de las aguas y las fuentes, porque siempre hay un elemento sorpresa que desbarata todas nuestras previsiones y acabamos envenenados con nuestras propias medicinas.
Qué fácil soy de convencer. El sábado por ejemplo a punto estuve de acabar intoxicada, etílicamente hablando, y ser tele transportada a un garito de perdición. Tuve que decir las cosas por su nombre y presentar mi campaña No quiero arrastrarme con los crápulas. Como venganza, se me acusó de rancia y de ir a tomar chocolate con las viejas. Pues sí. Estoy harta de las resacas inmundas que me ponen de muy mal humor.
Y si el sábado puede plantarme, ayer, así, de la nada me tomé 7 cañas, con lo que certifica que las personas somos seres complejos e inesperados. Cuando dije orden, sucedió el desconcierto y cuando pensé encierro, sucedió el desmadre.
Amigos, no digáis lo de las aguas y las fuentes, porque siempre hay un elemento sorpresa que desbarata todas nuestras previsiones y acabamos envenenados con nuestras propias medicinas.
viernes, 15 de octubre de 2010
Rayos de luz y panes negros
Ayer fui al estreno de Pa Negre, la super producción catalana del año. Víctima de las prisas, llegué atropelladamente con mi amigo y no tuve tiempo de prejuicios ni de construcciones mentales. Había muchas cabezas y miradas que buscaban subvenciones y reconocimiento. Me senté, abrí bien los ojos y disfruté. Sinceramente, si hubiese visto el cartel así a pelo por la calle, hubiera pensado que era la peli del año a evitar. Es curioso como funcionamos. Y no es que necesite esa pareja abominable que es Jim Carrey y Robin Williams poniendo caritas de perros perdidos para animar una velada cinematográfica. Es que el panorama creativo nacional es tan de pandereta, en este caso de gralla, que te viene un poco el retortijón de manera natural. Así que os animo a vaciar el cerebelo y a llenaros de dos horas de cine bien hecho.
Luego, a una hora más cercana al cuento de la Cenicienta que a mis horarios prusianos, fuimos a un frankfurt a cenar, y pude identificar a la camarera del mes. Una mujer eficiente y con grandes dotes para la comunicación que trajo salchichas y todo lo que pilló por la cocina a la velocidad del rayo. Y encima la compañía era buena. No, si al final Barcelona va a estar bien, yo voy por el buen camino y me espera un golden retriever en mi casa que menea la cola cuando oye mis llaves en la cerradura. Amigos, cojamos estos mometos al vuelo, que son los buenos.
Luego, a una hora más cercana al cuento de la Cenicienta que a mis horarios prusianos, fuimos a un frankfurt a cenar, y pude identificar a la camarera del mes. Una mujer eficiente y con grandes dotes para la comunicación que trajo salchichas y todo lo que pilló por la cocina a la velocidad del rayo. Y encima la compañía era buena. No, si al final Barcelona va a estar bien, yo voy por el buen camino y me espera un golden retriever en mi casa que menea la cola cuando oye mis llaves en la cerradura. Amigos, cojamos estos mometos al vuelo, que son los buenos.
miércoles, 13 de octubre de 2010
Un amigo escritor, vividor con todas las letras, en la buena acepción del término, me ha acogido en su casa solariega este fin de semana largo y mojado. A parte de las lluvias increíbles que azotaban los rosales, las piedras, las barandillas y el cielo, he podido darme cuenta que vivir con el biorritmo a -10 produce mucho sueño. Vivimos como gatos tensionados. Cuando te colocas delante de una chimenea, con una taza caliente, el cuerpo reconoce que no necesita agitar las garras y se ovilla como una mascota casera.
Hablar, beber, comer, reconocerse en el otro, ver que los que triunfan cambian billetes por falso entretenimiento, dormir, ver cómo se te jode la radio del coche con la boca abierta y rezando a la virgen para que no sea un facturón y un viaje.
Sí. Una excursión por el bosque, con el cielo encapotado, presagiando la melancolía otoñal, y con Massive Attack a todo trapo. Ríos desbordados, naturaleza petrificada, la vida puede sorprenderte cuando menos te lo esperas.
Aunque la mayoría del tiempo vivimos arrastrando los pies, cuando logras levantar el cogote un palmo y vuelas, es sensacional. Sólo por esos momentos ya vale la pena el viaje.
Hablar, beber, comer, reconocerse en el otro, ver que los que triunfan cambian billetes por falso entretenimiento, dormir, ver cómo se te jode la radio del coche con la boca abierta y rezando a la virgen para que no sea un facturón y un viaje.
Sí. Una excursión por el bosque, con el cielo encapotado, presagiando la melancolía otoñal, y con Massive Attack a todo trapo. Ríos desbordados, naturaleza petrificada, la vida puede sorprenderte cuando menos te lo esperas.
Aunque la mayoría del tiempo vivimos arrastrando los pies, cuando logras levantar el cogote un palmo y vuelas, es sensacional. Sólo por esos momentos ya vale la pena el viaje.
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