lunes, 27 de enero de 2014

Más allá de la línea mental de las tapas

Hay vida allí, sí señoras y señores, la hay.
Y si encima en tu patria tropical hay crisis y un hastío general que ya me entra sueño de sólo recordarlo, pues tienes que liarte la manta y te vas para el norte.
Y tienes que superar sí o sí ese estado mental tan Mediterráneo de buscar rayos de sol a cualquier hora o tener antojos de comida sabrosa. Olvídate, estás en otras latitudes. Empieza a registrar en tu cabeza mil millones de sabores de patatas fritas y cervezas. Abraza la fritanga, que está ahí instalada para cebar buenos culos resistentes al invierno. Y el sol, pues cuando se tercie.
Eso sí, confío en que a dos grados el cutis se somete a un efecto bótox gratuito y vuelves el reloj diez años atrás. Y todos tan contentos.
Así que al final ni tan mal. Vuelves a tener 20 años, todo está rebozado y la vida por reinventar.
En eso estamos. Y como ya ni me acordaba del champán rosa, porque ahora me he tirado a los litros de cerveza locales, pues he hecho este micro retorno para celebrar que en el 2014 seguimos dando guerra.
Espero que sigáis burbujeantes a 18 grados nacionales. Chin chin.