jueves, 26 de febrero de 2009

El efecto primavera y más cosas

Esas historias que nos contaban nuestros padres de que eran auténticos héroes porque trabajaban y estudiaban y encima el fin de semana hacían cerámica y escuchaban música búlgara, la verdad, tiene mérito. Ahora me veo metida en el fregado de estudiar y currar medio día y las horas y los deberes aprietan y me multiplican mi característica taquicardia vital.
En fin. Lo bueno de la gran presión es que después disfrutas del gran relax. Esperar un semáforo que aproximadamente dura un minuto y 20 segundos se ha convertido en unas micro vacaciones al sol, mientras veo a las manadas de guiris deambular por el Paseo de Gracia, luciendo sus carnes estilo mortadela bolognesa en mangas de camisa.
Y con ansia espero la llegada de la primavera, estoy un poco cansada de tanta lana, bragas de cuello vuelto y sujetadores de angorina.
¿Será que estoy heredando el estrés de los grandes yuppies de los años 80? Entonces ahora entiendo la necesidad de estupefacientes automáticos para aliviar la descarga de adrenalina. De momento me conformo con litros de café que todavía enredan más el sistema cardíaco.
Vivir en el 2009 tiene su precio: la confusión y el ajetreo.

viernes, 20 de febrero de 2009

Ver una película de 1961

Esta mañana en clase hemos visto una película llamada Los inocentes, una adaptación del inquietante relato de Henry James, Otra vuelta de tuerca.
La verdad es que el tiempo pasa para todos, y esta película no iba a ser una excepción. Deborah Kerr está total. Es una mujer guapa, estupenda, la clásica vecina con clase que te invita a trufas Godiva para aliviar las penas, que a todos nos gustaría tener. Pero el tema fantasmas, apariciones y suspense, es más bien flojo.
La idea de que una mujer sosteniendo un candelabro poniendo cara de restreñida cause pánico en el espectador pasó a la historia. Y que un niño que se llama señorito Miles se dedique a cortejar a su institutriz con un es usted una señora muy bella, como que no cuela. Si este niño bastante problema tiene con controlarse las erecciones matinales, ¡que tiene 10 años por el amor de Dios!. Es como poner al difunto Espartaco Santoni inaugurando un club de bridge para viudas de grandes intelectuales: no cuela.
Por lo demás, los vestidos fin de siglo, comodísimos, y las carreras que se pega la institutriz por el pasillo con esas enaguas endemoniadas que como no te espabiles te haces el pis encima, como que hacen sufrir más al espectador, que las apariciones fantasmales detrás de espejos y cortinas de terciopelo de gran personalidad.
Luego hemos visto Sospechosos habituales y tenía una cara de paleto Benicio del Toro, que atónita me he quedado. Los años irritan a unos y ayudan a otros. Benicio, peinado y estilista mediante, y una pose seductora, ha ganado definitivamente el carné de amante por un día. ¿Estamos de acuerdo? A la espera estoy de un mínimo debate, que me tenéis contenta con tanta contención y decrepitud. Va...Sólo se trata de apretar unas cuantas teclas...

miércoles, 18 de febrero de 2009

Asaltar bancos por sorpresa y con Kant a cuestas

Hoy he vuelto a ir a clase por la mañana, y la gran oradora que riega nuestras mañanas de citas clásicas, a parte de informarnos que Platón era un tío guapísimo y que todos estaban enamorados de él, nos ha propuesto aplicar el principio ético kantiano de extender los principios que utilizaríamos nosotros a la categoría de máximas universales. Así, si no mearías fuera de tu propia taza de water, no lo harás en la del vecino. Ejemplo de estar por casa, pero comprensible a la primera.
También nos ha sugerido atacar un banco por sorpresa, pero el quid de la cuestión sería hacerlo desde dentro. Los problemas se afrontan y solucionan desde su propio corazón. Entonces, nada mejor que montar un escuadrón de letras, que tomaría los bancos desde la Junta de Accionistas, y propondría la lectura del Banquete de Platón, en lugar del Expansión. Y regalaría boletines con sonetos románticos y bucólicos en lugar de los extractos de turno. Y por Navidad entregaría con una dulce sonrisa las obras completas de Baumgarten en lugar de ridículos juegos de mantas que producen más urticaria que calor.
En fin, a mí la idea me ha encantado. Eso sí, la luz con sabor a fluorescente típica de los bacncos y el hecho de que la mayoría no tiene ventanas, me da bastante miedo. Pero si hemos de ser todos más felices, pues nada, valor y hacia la ventanilla más cercana.

martes, 17 de febrero de 2009

Aventuras en el videoclub

Este año tenía dos objetivos flagrantes a la vista: empezar a correr y apuntarme a un videoclub. Lo primero se está llevando a cabo de una manera más o menos irregular. Lo segundo, aplausos de fondo, ocurrió en una noche como ayer.
Me compré un bono de películas y dejé volar mi imaginación y mi vista por las estanterías, estanterías y más estanterías forradas de deuvedés.
Pensé que si el incendio que se había declarado 5 minutos antes de mi llegada al videoclub un poco más arriba de la calle (¿una señal acaso?) se expandía por la manzana, no tendría inconveniente en atrincherarme en el videoclub y llenarme el abrigo de películas. También me las podría meter debajo de la sobaquera y dentro del pantalón, un gran escondite como todos ya bien sabréis.
El caso es que me estrené con Cashback y Lo mejor de mí. Un doblete imposible de consumir en una noche, por lo que espero acabarlo hoy.
Y la estampa ganadora del día fue, la que esto suscribe, devolviendo una película a las doce de la noche, con la obsesión de olvidarme hoy de devolver la película.
Como acertadamente nos ha contado una profesora del curso que estoy haciendo: la neurosis es el precio que hay que pagar por ingresar en la cultura. En eso estamos de acuerdo.

lunes, 16 de febrero de 2009

Podría llamarse Mujeres de Barcelona

Este sábado quedé con amigas secuestradas por sus hijos y por sus maridos que ya no veo con tanta frecuencia. Y cuando nos vemos, como que se habla de tapicería fina, modelos de pañales y las mejores combinaciones de frutas para obtener hermosas cacas de bebé. Normalmente mi sensor de regulación de la salud mental se activa y me desconecto por completo, quedándome con ráfagas de información que me lleva a conectar lámparas con papillas de fruta, como si tuvieran una relación íntima (nunca se sabe).
El sábado, milagrosamente, este grupo de mujeres equilibradas y dueñas de sus vidas aparcaron a sus maridos y a sus hijos. Y quedamos. Allí no entró nadie que no llevara sujetador. Entonces, también milagrosamente, surgieron temas muy interesantes, que no se acostumbran a cotizar con los maridos mediante.
Ligues fallidos, infidelidades, modelos de potitos (vale, este no se lo saltaba ni un gitano) y la avalancha de consumismo que nos visita un día sí y al otro también.
Salí de allí bien informada, feliz y pensé que se había realizado un rodaje invisible de una película de Ventura Pons: Mujeres de Barcelona.
La lástima es que no nos adentramos en materia de sexo, un tema tan Ventura ni en dudas de orientación sexual, incesto o fantasías de prácticas en grupo.
Quizás en el próximo encuentro lleguemos al meollo de la cuestión. Aunque si estamos hablando de potitos multivitaminados, todavía nos queda un trecho.

jueves, 12 de febrero de 2009

Soy la prima de Benjamin Button

Creo que nací vieja. Creo. Porque el otro día recorriendo la cera de la muerte, o sea, la que recorre el perímetro del Corte Inglés de Plaza Catalunya vi a unos personajes de unos 16 años de media, muy peligrosos.
Tenía toda la pinta que habían quedado a través de algún foro social o que la consigna era disfrázate y planta cara a la sociedad.Juntos podemos. No se salvaba ni uno. Miedo me daban.
Uno llevaba algo así como flecos de fregona de color verde y amarillo inseridos en el pelo (?), todos iban con tres mil kilos de maquillaje en cada párpado, bla bla...Un cuadro plástico y visual.
Es más, se me pasó esta horrible frase por la cabeza: si fuera mi hijo me daría vergüenza. Esto me preocupó, porque me creía más liberal y librepensadora, pero hay realidades sociales que me cuestan. Los adolescentes son un grupo de riesgo que se me hace muy cuesta arriba. En el metro ya había observado este rechazo, pero poco a poco se confirma. Supongo que vivir en una calle con una media de edad de 83 años me ha acercado a la paz y al sosiego. Quién me lo iba a decir a mí, que que era capaz de comunicarme con los suburbios de Coslada a través de mi chorro de decibelios incontrolados. Sí, tenía 14 años y estaba como una manada de cabras.

martes, 10 de febrero de 2009

La Cibeles se autolapida en esta ciudad

Las prisas y la desinformación son los grandes aliados de este Ayuntamiento y aledaños, más interesados en que mees dentro de la taza de tu water y tomes fibra, que en preservar lo que pertenece por derecho y por moral a sus ciudadanos.
En la calle Córcega están demoliendo en silencio, con diurnidad y alevosía la antigua Cibeles, garito donde la ciudad movía sus extremidades después de arrastrarse por los bares de Gracia.
Dile exceso de ruido, dile mamoneos varios...El caso es que la cerraron sin más y después de un chanchullo de intereses, parece que van a hacer viviendas de protección oficial.
Me suena que harán esto, porque el plan original era montar un gimnasio, pero se descubrió el pastel que se llevaban entre manos bien tapadito y algún avispado experto en comunicación decidió pronunciar la palabra mágica: viviendas de protección oficial.
Entonces la paz lo impregna todo y todos nos queremos mucho, porque nos cuidan tanto desde la plaza Sant Jaume, que es para no pegar ojo.
En fin, entre legañas paso cada día y veo la debacle consumada: ya han serrado la estructura del techo y se han cargado el anciano arco de madera que marcaba el escenario.
No quiero ser catastrofista, pero están desapareciendo edificios y patrimonio históricos y aquí nadie se da cuenta o ni nos interesa enterarnos.
Nada como llamarse Tita Cervera y atarse a unos matorrales.

lunes, 9 de febrero de 2009

El arte en esta ciudad

Jueves, al caer la noche, las inauguraciones y los intercambios sociales, de raza y de fe florecen como hongos radioactivos en las laderas de Moderna City, o sea, esta ciudad que viste y calza.
Me lanzo a sus fauces, ansiosa de olvidar el ratón, la pantalla y la sinapsis a vela y motor que me tiene despierta. Llego al Museo de Arte Contemporáneo y no está Bruce Wayne a mi pesar, sino hordas modernas y corrompidas de pelo grasoso, articulando modelos de bambas de ediciones hiperlimitadas, pañuelos que tapan amígdalas invisibles y bolsos vintage que ni tu abuela se atrevería a ponerse.
Veo a la gente mirar, mirarse, desear ser mirada y los cuadros se ponen ojipláticos ante tal espectáculo. Lo mejor, entrar en una sala llena de colores, revestida de papel pintado con sujetadores y pantalones. Me distrae de la factura de la luz.
Escapo del bullicio y llego a un bar donde detecto un sujeto interesante. Mi educación cristiana me frena y me impide tirarme contra su abrigo. Mentira, es esta ciudad, que amaña los impulsos y confunde a sus habitantes, la que me detiene de articular esta frase: pareces mono, te gusta el tiramisú?
Pero no considero esta retirada a tiempo una derrota, porque me quedé con su cara. Igual la veo impresa un día en un billete de la República Checa o en un poster mal pegado a una farola. O mañana mismo en el hiper más cercano, circulando sin dirección fija. Ya lo veremos.
Lo esencial, es que todavía me acuerdo de su esquema facial. Que era armonioso e interesantísimo.

jueves, 5 de febrero de 2009

Emborrachada de información

Oye amiga, que esta tarde inauguran el festival de los Influencers y en el MACBA otro tipo enseñará lo que su par de manos es capaz de hacer. También hay una performance que podrías ver y leer unas cuantas newsletters de tendencias que te indicarán por dónde pasear tu trasero durante cada hora de los días que están todavía por nacer.
Tengo ansiedad y no he salido todavía del trabajo.
Lo leí. Cierto. La gente acostumbra a sufrir estrés en su marco laboral y encima, últimamente, hay que añadir el estrés cultural, generado por la lista de actividades que queremos realizar en nuestro tiempo de ocio y que como, evidentemente, es limitado, no puede abarcar toda la agenda mundial.
Nos alteramos porque queremos embutir en x horas el kung fú con la lectura de las fábulas de Lafontaine, la psicomagia y la ingestión de patatas bravas.
Horroroso. Demasiadas cosas juntas. Y luego está lo de querer escribir, que no cuadra en absoluto con este marasmo informativo y polineuronal.
Espero que esta última onza de chocolate me proporcione la paz mental que necesito.
Hoy en la clase hemos escrito una secuela de Pink Flamingos ubicada en el puerto de Lugo. Los asistentes han quedado entre horrorizados y hechizados, a partes iguales.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Señor, le doy una medalla y un abrazo

Cualquier ciudadano de este pueblo moderno y global siente la necesidad algún día de que le hagan la cena. Mi madre es una mujer ultramoderna y ocupada en sus menesteres y muy fan del do it yourself, por lo que la solución para llenar el depósito apuntaba hacia algún restaurante amigable.
Fui con un amigo al Flash Flash, porque sé que es un lugar donde no van a aplicar la misma onomatopeya a mi cartera y siempre recuerdo un trato decente, una excepción áurea en esta ciudad de camareras divas expertas en sutiles técnicas de tortura psicológica.
El maître-camarero decidió apadrinarme. Quizás era la cara de perrito abandonado tipo, déme mi platito de pienso, señor, y no me haré pis encima o simplemente que mi look de niña de la montaña mezclado con alpinista extraviada le pareció divertido en comparación con el de las super pijas mechosas de mi alrededor.
Me dijo que el plato que me iba a pedir era un horror, pero como estoy sorda, le dije que arroz con verduras. A mitad del plato sacó la cabeza y me dijo que me podía hacer otra cosa si no me lo acababa por aburrimiento.
La velada finalizó con su explicación de que nos pasamos la vida haciéndonos fotos con monumentos y nunca en los lugares que transitamos a diario. Así, se arrimó a Pasqual Maragall, que pasaba por allí y atrapó un milisegundo de historia.
Y yo me fui contenta a casa, por haber sido servida y agasajada como la Reina de Saba.

martes, 3 de febrero de 2009

El método chincheando

Rebuscando en google, me he puesto al día de la vida y milagros de la profesora del postgrado de guión. A parte de ser bastante prolífica, ha escrito capítulos para Barrio Sésamo. Igual ha influido en cómo cojo la cuchara para comer puré de calabaza y apenas me he dado cuenta hasta ahora.
Lo que más envidia me da de entrada es que era amiga de Fernán Gómez y de Berlanga y que quedaban todos juntos para tomar copichuelas y jugar a juegos absurdos donde acababan todos medio peleados. Películas gratis regadas de grandes bufonadas y vino bueno. Fantastique.
Ayer nos soltó que era casi imposible que acabáramos un guión, que era una tarea que requería años. Que se tarda una media de 7 años en dominar la técnica.
En lugar de reducirme al tamaño de una mujer tamaño Polly Pocket y clamar al cielo maldiciendo mi destino, agradecí el consejo y recordé las palabras de mi abuela el día que le pregunté si podía coser una cremallera en un lugar inverosímil (creo que en una zapatilla). Su respuesta fue: esto es muy difícil. Al cabo de un rato lo había acabado de coser y me dijo que tenía unas ideas de bombero.
En fin, supongo que sintiéndote increpado es como se avanza en esta vida. Así que nada, intentaremos cambiar banner por escaleta y seguir vivitos y coleando.
*Canción para pasar el día nebuloso más contentos y motivados, sugerida por la Gran Mariscala

lunes, 2 de febrero de 2009

Operación renove

Después de un fin de semana lleno de humedades, y no precisamente asociadas a algún tema de sábanas, seguimos rodeados de un toldo gigante de bruma y agua.
Pero hoy he salido de la cama como un pequeño Sputnik. Empezaba el curso de guión, y nada mejor que un poco de sal y pimienta extra a la rutina para digerirla mejor.
Me ha gustado la idea de conocer a gente nueva. Había bigotudos, psicólogos reconducidos hacia las libretas, el primo de Guillermo del Toro, el ensimismado, el que parece que ha vivido en un sótano durante los últimos 7 años tragándose toda la obra de Dreyer y sus discípulos, y un largo etcétera.
Yo he ido feliz como una perdiz con mi jersey de reno, que siempre me ayuda a afrontar el día con alegría. Para mañana ya tengo deberes, y es que tengo hasta ganas de hacerlos! Esperemos que esta pequeña línea ascendente no se vea truncada por una llamada no deseada del regidor del programa o por un exceso hormonal.
Si me necesitas, llama.