miércoles, 22 de diciembre de 2010

Se acerca todo lo que esperabas

Navidad la la la, todos a embozar las tiendas y a exorcizar nuestras culpas con suculentos regalos. Para tu madre un vibrador de bolsillo. Ah, pero si esto es para estimular a hamsters. Da igual, total si lo va a usar de llavero. Para tu prima Rosi unas cerillas made in Uzbequistán. Pero si las regalan en cualquier bar de carretera. No hombre no, pero luego esa caja la podrá utilizar de pastillero. Ah, vale.
Y así suma y sigue hasta el infinito. Estuve escuchando conversaciones imbéciles en la cola de una tienda donde compré uno de los tres regalos de Navidad que voy a hacer.
La gente no sabe lo que compra ni lo que hace. El día que proclamen la tarde de los perros zombies, todos a medicar al perro y a sacarlo. Y así podría llenar esto con 472 ejemplos que os podéis imaginar. Las cosas han perdido su significación profunda para quedarse del tamaño y uso de un vibrador de hamster.
He desayunado un sospechoso bocadillo de tortilla de calabacín. Todo esto empezó ayer y el calabacín lo ha acabado de completar.
Ah, y la juerga gitana sigue. A partir de las 11 de la noche me tendré que poner tapones. Si el que no se divierte es porque no quiere. Feliz Navidad.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Combatiendo la neurosis

La neurosis, como la bilis negra, te persigue como una silenciosa nube negra. Te rodea, te abraza y te aplaca lentamente, mermando tus fuerzas. Algunos días amanecen bajo el signo de la tristeza y la neurosis. Entonces sonó mi celular (Sí, estamos en una teleserie donde viven Consuela y Luis Alfredo y su poderosa estirpe). La consigna era clara: vámonos a mi rancho del country. Vayamos. Y qué bien hicimos, porque la naturaleza es curativa. A mí que no me vengan con cuentos chinos para niños del Japón.
Todavía había fragantes rosas (son mi debilidad). Y un perro psicólogo que parece entenderte. Y buena compañía, vino, piñas, conversación agradable. Vamos, lo que no debería faltar en ninguna vida humana. Así que me olvidé de varios asuntos turbios que se alojaban en mi mochila y me dediqué a estar y a plantar habas entre otras cosas.
A la que podáis, acercaos a un árbol y escuchad. Algo os contará, algo os sorprenderá, algo se reactivará por la zona del córtex. A veces la felicidad reside en una rama. La idea es cazarla un poco al vuelo antes de que se pose en un tronco más alto.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Otra prueba sonora y auditiva

Estoy cansada. Lo sé. Pero mis fuentes ya lo indican: el que resiste gana (aunque te cueste el tipo y el alma). El caso es que después de un paseo por la Siberia exterior, me disponía a recogerme en mi cueva. Cuando ya estaba instalada con mi look pijama y mis rulos, oigo una manada de elefantes sobre mi cabeza: el clan gitano al completo corriendo una maratón.
Me intenté contener. Conté muchos números y enumeré varias capitales europeas, hasta que grité que estaba hasta cierto sitio. Fue un monólogo de bilis. Creo que no se enteró nadie excepto yo. Cabrearse es muy malo, me lo dice constantemente mi acupuntor. Porque es una patada en los huevos para el organismo.
Pensé de todo. Hice mi llamada de emergencia. Visioné un anuncio en una web porno ofreciendo mamadas de vígenes vestales por 20 euros con el número de teléfono de mi administrador de fincas. Y al final llegó el silencio.
Eran las 10.30 de la noche y creo que tengo un gran camino de auto control por recorrer en esta vida. Yo lo intento, que conste en acta.
Ala, amaros bajo la luna que es gratis.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Paraísos artificiales polares

Ayer tenía un día apisonadora pero los astros me encaminaron hacia una gran experiencia de tarde-noche. Un recital poético exactamente de no sé quién francés, A-J. Chaton acompañado de música electrónica atronadora y estupenda para aplacar las malas energías. Me encontré a una amiga por el camino, con nuestro hombre preferido, el pequeño Blai, que se pasó el concierto bailando y dándolo todo.
Yo como estaba aburrida en la primera fila esperando, me puse a hablar con un estupendo y apolíneo jovenzuelo patinador, irlandés, campesino y músico. Una gran combinación. Cada día iba a un concierto diferente. Yo alucino con estos guiris que se enteran de todos los saraos habidos y por haber.
El caso es que fue una hora de levitación. De vacaciones de la tierra. Luego abrieron las luces y vi que estaba rodeada de gente guay, con ropas que sólo tienen ellos y tres personas más de Amsterdam y la Antártida. Y me dio bastante igual. Me dediqué a espiar a los músicos y su precisión alemana. Y luego, a 4 grados, nos dimos un paseo de regreso a nuestras cuevas preferidas. Nunca le digáis que no a un recital de poesía, porque no sabéis lo que os váis a encontrar. Y de regalo, esto

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Ir a un acto social

Mi querida amiga me invitó a un evento social, a la par que cultural, consistente en un concierto de piano a cargo de un superdotado ucraniano y un posterior festival del canapé.
Si se supone que vivimos en una sociedad de la abundancia, a pesar de la milonga sempiterna de la crisis, no me imagino cómo sería un cóctel en época de carestía real.
Señoras ataviadas con visones y tacones especiales "jode bien tu espalda" se avalanzaban hacia los camareros, físicos nucleares o expertos peluqueros la mayoría de ellos, ya que tenían cara de ser gente informada y culta.
Sus rostros reflejaban espanto y sorpresa, porque las devoradoras de comida manipulaban sus dedos como garras y conseguían sujetar tres croquetas con cada mano (algo inaudito, nunca antes visto).
Mucha ansiedad. ¿Será que les pone hacerse las vulgares? ¿O es que realmente lo son y esas pieles son meros disfraces pequeñosburgueses?
En fin. Suerte tuve de que mis acompañantes eran gentes inteligentes y pudimos departir sobre el delirio que es la política en nuestro país, la pista de aterrizaje capilar de Berlusconi y el milagro de encontrar pareja hoy en día.
Ahora ya sabéis cómo funcionan estos actos. Son un verdadero peligro.

martes, 14 de diciembre de 2010

Voy a arder sola en el infierno

Ya hace tiempo que mi casa quiere echarme, pero ayer ya la cosa clamaba al cielo. Tengo un individuo pared con pared que se está haciendo la casa nueva, con lo que emplea todo tipo de utensilios satánicos para emitir ruido. Bien. Luego tenemos otras obras más a la derecha, como un bajo de fondo. No vaya a ser que el oído se relaje en exceso. Y la bomba acústica final empezó ayer, día oficial de traslado de mi vecina. Después de que todo su clan transitara por la escalera como si fuera el Corte Inglés, por la noche empezó el concierto de taconeo.
Yo me solidarizo con ella, porque está sola, es joven y tiene un hijo. Pero no creo que entienda que hay más gente a su alrededor y que la tecnología punta de nuestras casas me la teletransporta a mi salón. La gitana, el bebé y yo fumando cigarrillos finos en mi cama.
Conté hasta 157 y recé. Hoy a las 8 en punto ha empezado el follón de nuevo. Supongo que las buenas noticias son que a partir de ahora no llegaré más tarde al trabajo.
¿Por qué mi futuro vecino no es un estudioso del cine con un gran videoclub en casa? ¿O un poeta urbano buenorro con grandes dotes amatorias? El bebé, la gitana y la guionista. Próximo estreno en su pantalla de confianza.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Sentirse un poco existencial

Aunque uno siempre acude al rayo de sol para dar sentido a su vida, llego a la conclusión que cualquier persona mínimamente sensible y con 4 inquietudes al menos, tiene esos momentos que yo llamo de alta existencialidad.
Yo los relleno fregando platos o durmiendo, porque es molesto a veces circular con una piedra en el pecho. Pero bueno, esa santa manía que tenemos de sonreír a todo. A veces hay que asumir la nariz moqueante y el kleenex.
Normalmente el día internacional del bajón suele ser el domingo. Pero con esto del puente, el día se ubicó en miércoles. Y esto se traduce: pijama power, canciones sentimentales, meterse en la cama pronto y rehacer la lista mental de deseos para una vida mejor. A día de hoy sólo me concentro en hoy. Es muy canasado arrastrar planes y llamadas. Y esperar cosas. Ese difícil equilibrio entre la fe y la realidad.
Así que hoy ya no voy en pijama ni estoy fregando platos. He salido de mi cueva, he caminado por la calle y la ciudad desprendía un agradable olor a bosque. Esperemos que dure.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Cuando las cosas van mal uno tiene que estar bien

Canción de fondo
Parecía que me iba a hacer autónoma, cambiar de piso y había conocido a un sujeto muy interesante. Realidad: cae el proyecto, me quitan el piso y el tipo se va a 8000 kilómetros de mi casa (parece ser que vuelve en dos meses). ¿Qué os parece? Primero me cabreé, ahora me río. Y ahora me iba de excursión y ha caído una nevada de esas que te dejan tieso.
¿Es eso un juego? Sin duda. ¿Hay casilla de salida y llegada? Está por ver. Sólo me queda creer que este año voy a aprender las palabras paciencia, relativizar y optimismo. Así que os animo a ver the nice side of life, porque si no pasaremos a las metralletas, y en realidad lo que necesita este mundo es amor. Principalmente.
Quien haya vivido casos de decepción existencial o no entiendo lo que me está pasando, que lo escriba abajo. Entre todos aprenderemos a ser más personas y sufrir menos.