jueves, 16 de diciembre de 2010

Paraísos artificiales polares

Ayer tenía un día apisonadora pero los astros me encaminaron hacia una gran experiencia de tarde-noche. Un recital poético exactamente de no sé quién francés, A-J. Chaton acompañado de música electrónica atronadora y estupenda para aplacar las malas energías. Me encontré a una amiga por el camino, con nuestro hombre preferido, el pequeño Blai, que se pasó el concierto bailando y dándolo todo.
Yo como estaba aburrida en la primera fila esperando, me puse a hablar con un estupendo y apolíneo jovenzuelo patinador, irlandés, campesino y músico. Una gran combinación. Cada día iba a un concierto diferente. Yo alucino con estos guiris que se enteran de todos los saraos habidos y por haber.
El caso es que fue una hora de levitación. De vacaciones de la tierra. Luego abrieron las luces y vi que estaba rodeada de gente guay, con ropas que sólo tienen ellos y tres personas más de Amsterdam y la Antártida. Y me dio bastante igual. Me dediqué a espiar a los músicos y su precisión alemana. Y luego, a 4 grados, nos dimos un paseo de regreso a nuestras cuevas preferidas. Nunca le digáis que no a un recital de poesía, porque no sabéis lo que os váis a encontrar. Y de regalo, esto

No hay comentarios: