viernes, 8 de abril de 2011

Seguimos para bingo con el cartón en la mano

Los efluvios primaverales relajan mis sentidos y llego a la conclusión de que todo podía ser peor. Aunque Orange insiste en darnos un lifestyle propio del siglo XII, ya que seguimos sin internet, he llegado a la conclusión que así miro menos píxeles, que siempre va bien.
Por el resto, ando obsesionada con la idea de ver señales y rumbos, y muchas veces la vida se reduce a ir a la panadería, comprobar el cambio y ver que no te han vendido una barrita integral y encima sin sal, que ya es lo menos sexy que te puedes meter a la boca estando en la flor de la vida.
Otra obsesión que me persigue de manera recurrente es ver a grupos de señoras mayores (normalmente en ropa interior, ya que estos encuentros tienen lugar en el gimnasio municipal) que no paran de repetir obsesivamente que si fulanito ha muerto y que sus maridos eran tan buenos amigos y que para hacer albóndigas la cebolla tiene que estar picada muy finita. Lo repiten con tono monocorde unas 4 veces cada cosa y juro que me vuelvo loca con tanta letanía y tengo ganas de regalarles un vibrador a cada una para que al menos así tengan un tema nuevo.
He descubierto hace poco que soy situacionista, que odio aburrirme y que uno solo le hace falta tomar conciencia de lo que sabe. Así que manos a las armas o a los volantes y prendamos mecha a este pesebrito inerte. ¡Acción!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ya tenía mono de champan rosa!
viva la primavera!!

el de los manteles.

Pink pony dijo...

bacanal de champán rosa ya!