miércoles, 4 de mayo de 2011

Ser uno mismo o convertirse en un ficus

Es agotador a veces ser humano, ¿no, queridos? Desde que me he liberado, o más bien me liberaron del yugo oficinista, todas las penas y glorias de mi existencia no se las endoso al jefe, sino a mí misma. Ahora soy la jefa de mi vida. GLUPS.
Intento ir a la piscina y activar cuerpo y mente, pero ese gimnasio es en realidad una célula leninista incrustada en el barrio de Gracia. Al más puro estilo bolchevique desfilan hileras de deportistas enloquecidos que quieren ocupar espacio y de paso tu alma. ¿No hay ningún ser HUMANO ahí? No. Son robots. Los mandan de la empresa de George Lucas para hacer la siguiente versión galáctica: Los deportistas galácticos del mal contratacan again.
Luego digo, voy a ir a un festival de cine, ya que tengo tiempo. Vale. Voy. Ahí descubrí que no vivimos en Barcelona, sino en Somalia. Unos 23 minutos entre que conseguí el bono del festival, entendí que me lo tenían que cambiar por entradas e hice tres colas. Eso sí, todos llevaban bambas caras y querían salvar al pueblo saharaui. ¿Y a mi quién carajo me salva? ¿Tan difícil es organizarse? Parece ser que sí.
El día que yo dirija el mundo se vana acabar los gimnasios malignos, las colas lentas y los ciudadanos ficus, que dicen sí a todo y no tienen corazón.
Y con esto y un bizcocho me sumerjo de nuevo en mi universo infinito donde todos los tíos de la línea de arriba tienen prohibido el paso.

2 comentarios:

una desatada dijo...

amb lo zen que estem, jo crec que ja som una mica ficus, en el bon sentit de la paraula... no te estresses by yourself querida!!

Pink pony dijo...

zen vale, pero ficus ni hablar!!!