domingo, 28 de septiembre de 2008

Pink champagne strikes back

El tiempo se deforma a mi antojo a veces, y estas dos semanas han sido como un enorme bubaloo de fresa que a penas perdía el sabor. Masticando masticando me subí a un funicular y pude ver el Océano Atlántico en su máximo explendor, pájaros de lomo azul que te hablan por los precipicios y rocas donde parar oficialmente el botón del tiempo y quedarse allí a escuchar cómo las olas van y vuelven a la ola mayor. Más tarde, me atraqué de animales. Suerte tenía que me había tragado todos los documentales de la dos de la franja del mediodía. Y así, a primera vista, pude distinguir que una cebra era una cebra, una jirafa lo mismo, bla bla...Por mucha tele que tragues, la realidad casi siempre supera la ficción, así que cuando visioné a una señora jirafa desayunando, me quedé frita. ¡Qué elegancia!
Yo creo que Naomi Campbell lo sacó todo del Krueger Park. Los leopardos, más de lo mismo, parecía que estaban desfilando en secreto para la semana internacional de la moda de Limpopo. Muy monos todos, y tan callados...La ruta siguió hacia el sur, hasta llegar a Buffalo Bay, la meca del surfista, donde me contenté con la aparición de un madurito agarrado a una tabla de surf. En fin, no se puede tener todo. Pero bueno, creo que tengo tantos canales nuevos de información que tendré que montar unas cuantas cadenas. Lo mejor, oír como respiran las ballenas en medio de la bruma...A ver si voy a tener yo un Jacques Cousteau ahí metido y no me había dado cuenta (?). Seguiré informando puntualmente desde la estación de control. Sí, el episodio de los tiburonse, en breve...Tararara tararara chan chan chan...

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