martes, 25 de noviembre de 2008

¿De qué huyen los corredores?

Los ves passar como locos, algunos enrojecidos, como alma que persigue un recaudador de impuestos.
Algunos son muy pro y van con mallas estilo flash dance super tecnológicas, como si fueran prototipos de hombres y mujeres biónicas.
Otros van con lo primero que han pillado en casa, una camiseta de esas que les dieron al comprar un 3 x 2 de pastillas de caldo y unas zapatillas heredadas de un sobrino que las cambió por algo más moderno y funcional.
El caso es que todos corren. Corren. Sin parar. Corren.
Ahora viene La pregunta: ¿De qué huyen? Segun varias encuestas obtenidas de manera oral y lícita, las cifras hablan de muchos hombres casados que necesitan evadirse de su realidad. Conforme ven que están atrapadísimos en su estatus de monógamos y cabezas de familia, se enfundan un par de zapatillas y a correr como locos. Una metáfora como cualquier otra de lo mal que llevamos los humanos nuestras obligaciones.
También hay chicas que quieren reforzar glúteo, mariquitas a la caza y captura, chicas con modelos imposibles a la caza y captura; todos cazando y corriendo, huyendo de su realidad cementil.
He de confesar que yo también he empezado a correr. Hace poco. Pero con ganas. Los motivos, en las próximas entregas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Tener piernas está sobrevalorado.

Ximo

Anónimo dijo...

Ya tengo ganas de ver esos gluteos uniformes flotar sobre el duro asfalto de la gran ciudad...


el corredor de los manteles...

Pink pony dijo...

Ja saps d'on treurem la pilota del caldo de Nadal........chaaaan!

Anónimo dijo...

Supongo que lo de correr siempre empieza como una huida en toda regla, pero después, cuando no te aguantas, las piernas se tambalean y las bambas se agujerean, siempre se opta por volver a casa y aquí no ha pasado nada.

Pink pony dijo...

ajjaja, todos conocemos casos.
Hay pocos Forrest Gump; los genes nos tiran hacia la gran chimenea tibia y reconciliadora.