viernes, 13 de marzo de 2009

Preludio de primavera

Emocionada estoy con el pío pío del estornino de mi jardín: o ha encontrado novia (cosa que me alegra) o le han pillado los de la operación primavera para que anuncie en Gracia City que ya podemos empezar a aparcar el erotismo de la lana y la chandalosis invernal.
Antes de que apareciera esa mole que es El Corte Inglés y su marketing para orejudos, el engranaje de la pequeña naturaleza enviaba diligentes estorninos por los balcones de la ciudad anunciando hormonas y calorcito primaveral. Ahora, hasta que no visten a la Kournikova con horribles colores crema y la hacen parecer una diosa del Olimpo a la vista de las mortales no empieza la estación del amor.
Ni hablar del peluquín, voy a empezar a exhibir mis carnes con o sin valla firmada de verde. Y lo mejor: el olor que desprenden las calles, a nuevo, a todas las terrazas que se desperezan en fríos almacenes deseosas de brillar de nuevo al sol, de regarse con cervezas, de generar encuentros que acaben en la cama o no.
Cuatro referencias al amor encubiertas. Cuatro días que quedan para exhibir nuetras cachas iridiscentes, nuestros cogotes primorosamente fluorescentes.
Y ese pedazo de supermercado que tengo que promocionar. Quereros, frotaros y sacad brillo. A lunedi!

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