miércoles, 15 de diciembre de 2010

Ir a un acto social

Mi querida amiga me invitó a un evento social, a la par que cultural, consistente en un concierto de piano a cargo de un superdotado ucraniano y un posterior festival del canapé.
Si se supone que vivimos en una sociedad de la abundancia, a pesar de la milonga sempiterna de la crisis, no me imagino cómo sería un cóctel en época de carestía real.
Señoras ataviadas con visones y tacones especiales "jode bien tu espalda" se avalanzaban hacia los camareros, físicos nucleares o expertos peluqueros la mayoría de ellos, ya que tenían cara de ser gente informada y culta.
Sus rostros reflejaban espanto y sorpresa, porque las devoradoras de comida manipulaban sus dedos como garras y conseguían sujetar tres croquetas con cada mano (algo inaudito, nunca antes visto).
Mucha ansiedad. ¿Será que les pone hacerse las vulgares? ¿O es que realmente lo son y esas pieles son meros disfraces pequeñosburgueses?
En fin. Suerte tuve de que mis acompañantes eran gentes inteligentes y pudimos departir sobre el delirio que es la política en nuestro país, la pista de aterrizaje capilar de Berlusconi y el milagro de encontrar pareja hoy en día.
Ahora ya sabéis cómo funcionan estos actos. Son un verdadero peligro.

2 comentarios:

fan del pianista ucraniano dijo...

Querida Pony, com que vas marxar abans del final, et vas perdre com aquestes senyores, estil Merche Mar+la Maña, robaven tots els centre de taula i les ponseties del museu... t'ho juro, una vergonya aliena suprema!

Pink pony dijo...

Estas empiezan así y acaban como el Millet. Ja ho diu un amic meu: el que més té és perquè no gasta.