jueves, 13 de enero de 2011

Gana la cecina y la cerveza

Cuando parece que el mundo se descompone, que tienes vecinos ruidosos, cacas de perro estratégicamente colocadas por la calle para decorar tus zapatos sin tu permiso y grandes solos de despertador, siempre queda una cena entre amigos.
Así, de manera improvisada, ayer nos fuimos al Morro Fi, gran bar del Eixample. Nos atracamos de viandas deliciosas: jamón, cecina, arenques, aceitunas, cervezas bien tiradas ñam ñam...Y hablamos con gentes agradables y azotadas por los divorcios, las canciones melancólicas y un poco de todo.
Mis amigos son muy majos, pero tienen la santa virtud de fumar, porque son artistas, intelectuales, o porque en la Super Pop pone que mola. Y entonces, en pleno mes de enero, me obligan a ir a la terraza a congelarme los pies. Pero como son amigos, pues dices, vale, vamos a jugar a los congeladores.
Las buenas noticias son que vi a un hombre que ya tenía catalogado como gran reserva y que me reí bastante. Sobre todo cuando mi amiga me dijo que tenía casi 14,5 años en cada teta y yo le dije que tenía un par de minerales.
Así que todos al bar a exorcizar las penas, porque si no es el alcohol, las matará el frío.

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