domingo, 29 de marzo de 2009

Marea de guiris

Me creía una persona tolerante, flexible, amiga de la madre Tierra y de la raza humana, pero el tiempo y mi gesto torcido me indica que no, que estoy cultivando una pequeña fascistoide dentro de mí. Por partes. La rabieta va direccionada hacia la invasión de guiris que he empezado a ver desfilar por la calles de esta ciudad portaventurizada.
Les veo avanzar en grupo, caminando cual ovejas desfilando al matadero, blandos, fofamente ocupando las ceras aromatizadas de domingo.
Luego está la inquietante realidad por su parte de: queremos llevarnos grandes recuerdos de esta ciudad y llevamos medio Media Markt encima, o sea, cámaras de todos los tipos, y si te descuidas hasta un grabador de sonidos para llevarse a sus casas el grato sonido de los tubos de escape de los autobuses urbanos y el sonido de las palomas al aparearse.
Caminan lentamente, disfrutando cada milímetro de esta ciudad y te miran en plan "estoy de vacaciones, soy tan feliz" mientras tú llegados histerizado tarde a algún lugar y no tienes tiempo para poesía urbana.
En esos momentos de alteración mental visualizo al señor Hereu y visualizo al mismo tiempo un tomate podrido avanzando rápidamente hacia su cara, estampándose, mientras el dice palabras como hotel vela, bicing, facebook, sostenible o Inma Mayol.
En fin, creo que necesito vacaciones y ver más de tres árboles seguidos sin ver a un chino, una gringa y tres checoslovacos comentar las fachadas ennegrecidas de la ciudad, como si fueran la antesala del Paraíso. ¡Rabia rabia! Contaré hasta 453 y me relajaré. De verdad.

2 comentarios:

Amalia dijo...

Hola, vivo en la Verneda y aquí no llega nadie. Y yo que quería que mi hermana se cruzara con un asiático...Nos tendremos que ir más al centro!

Joana dijo...

Mejor expresado, imposible. Esos orientales parados en plena calle provenza sacando fotos a la pedrera y tu sin poder arrancar el coche y llegando tarde al trabajo!!!