miércoles, 28 de julio de 2010

La vida del monologuista

Es la mía. Una unidad monoparental tiene que hacer malabarismos para llenar huecos y espacios deshabitados. He decidido, que a parte de hacer el perro y transitar por mi cama y programar el despertador y el ventilador, me voy a empachar de películas. Empecé con 8 y medio y Cinturón Rojo y me encantaron. David Mamet es El hombre. De mayor quiero ser como él pero sin tanta pistola.
Pero la diversión máxima de ayer fue la cena-reencuentro con los Grandes Historiadores del Arte. Jamón serrano a tope, croquetas y cañas. ¿Se puede ser más feliz? Gritos, auto-compasión, brindis por el doctor en mecánica de no sé qué y por la vida en general.
Estas cenas son altamente terapéuticas y hoy he venido al trabajo cantando y ahora todavía bailo con los pies. Tengo que decir que también compramos lotería para el Gran Sorteo del 17 de agosto creo. Si me toca, seguire deleitándoos con mis aventuras desde las Islas Caimán. Ya os informaré. Supongo que también estoy excitada porque hoy estreno el documental de pastores con mis pequeños amigos. Oh yes! Así que celebremos el día mundial del buen humor y del jamón.

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