lunes, 8 de noviembre de 2010

Adventure weekend

Amigos, hay que entregarse a las cosas buenas de la vida. Y los viajes lo son. Siempre he sido muy fan de meterme en transportes y aparecer en sitios nuevos, como por arte de magia. Eso hice el viernes y aparecí en un lugar del norte, famoso por sus excesos y tranquilidad al mismo tiempo. El poder liberador de la cerveza también es infinito, y fue maravilloso poder ver a viejos amigos con nuevas aventuras y lluvia de fondo.
Eso sí, los días post cerveceros no tienen nombre, porque Drácula seguramente aparece más favorecido en los espejos que yo. Pero, es el precio del delito. Si el alcohol no tuviera efectos secundarios, seguramente todo el mundo sería alcohólico.
Y luego tiendas de segunda mano, cafeterías con flores y cojines, pasteles y películas para soñar. El efecto Easyjet (adrenalina en vena) es una aduana peligrosa, y los ocupantes del avión también. No sé por qué estaba constantemente rodeada de parejas, maletitas con ruedas y sus artimañas parejiles, que no quiero percibir.
En fin, larga vida a los adventure weekend y al libre albedrío. Son esas cosas que te elevan 5 cm del nivel habitual de las alcantarillas y te hacen sonreír.

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