lunes, 15 de noviembre de 2010

Esa peligrosa raza de comerciales

Por razones varias estaba barajando la posibilidad de ver cómo eran otros pisos y cuevas habitables de esta ciudad. Y en esas estaba cuando me he topado con una institución más temible que la iglesia, el Vaticano y cualquier secta milenarista al uso: los comerciales que enseñan pisos. ¡Dios mío que raza!
Yo voy con mi rollo tranquilo de ver y escuchar y esta gente está francamente ansiosa por cerrar tratos, manipular agendas y controlar tu vida. Vade retro! Que si no tengo tiempo, que lo van a colocar a otro, que a qué espero, que vamos, que se vayan a tomar viento y a leer un poco de Gustavo Adolfo Bécquer y aprendan a tratar a damiselas como yo. ¡Qué engorro! El mundo de las comisiones siempre ha sido peligroso y traicionero, más que el champán rosa.
Así que quedáis avisados. Además llevan zapatos baratos con ínfulas italianas (mal), trajes de tergal y colonia que huele a ambientador de auto escuela.
Disfrutad del otoño, esa estación donde la belleza te puede sorprender en forma de hoja o de chocolate a la taza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

le tuve abandonada el fin de semana porque mi esposo vino a visitarme (llevábamos dos meses de distancia). ya está de camino a su rincón balcánico, a perseguir a cinthyas de video y a señores que pasean por la calle enseñando el culo. hablamos uno de estos días, mon amour? bisoux, i.

pink pony dijo...

qué mala vida me das. Yo que necesitaba un hombro fornido donde poder recostarme...Pero los maridos van antes, eso ya lo ponía en el contrato. En fin, espero este finde poder establecer comunicación verbal vía skype. I have some interesting news!!