martes, 30 de noviembre de 2010

Parece que se aburren mucho

Sacando la cabeza por la calle, llego a la conclusión que la gente se aburre mucho. Sólo arriman el hombro con fútboles y otros eventos de masas. Todos corren diligentes a sus teles más cercanas, berrean, se toman la molestia de ir a comprar petardos a pesar del frío y patean el suelo invocando el grito colectivo. Estoy admirada.
Nada más que unos hombres corriendo mueven el espíritu, parece ser (y no me quiero poner trágica). Los intereses personales se diluyen ante el acoso mediático y deportivo. Porque las molestias que se han tomado para anunciar "el clásico" y la siembra intensiva de todo tipo de declaraciones chusqueras de unos y otros me parece de una somnolencia extrema. Es así. Ya me voy a disfrazar yo de conejo, que es lo que me gusta hacer.
Bromeaba el otro día con mi amiga Jackie que el corpus nacionalista estará encantado. El domingo y ayer era día de polvo oficial. Una nueva oleada de patriotas abanderados conmemorarán el doblete Mas y Barça. Y se llamarán todos Jordi y Montserrat. Y yo seguiré buscando nuevos disfraces para no aburrirme tanto.

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