jueves, 11 de diciembre de 2008

Sensación de vacío

¿Qué generación del carajo somos en el momento en que te sientes aturdido si te dejas el móvil en casa o sufres una alteración leve si un amigo tuyo se borra del Facebook?
Absurdo, pero real como la vida misma.
Según las teorías del gran Urtasun, estar todo el día delante de una máquina que emite unos 200 hercios al día, o sin ser esa cifra, una máquina que en definitiva te contamina de ondas suprarenales e invisibles, no tiene que ser una cosa buena.
Cierto es. Parecemos abrevaderos de ondas y de toxinas. Nos exponemos a radiaciones, rayos invisibles y una excitación permanente de la retina y la corteza cerebral.
Con lo que, deben suceder taquicardias constantes e invisibles en el alma que nos descolocan y de una manera totalmente inconsciente te impulsan a borrarte de circos tipo Facebook (del que mi amigo era ultra fan) o un día cualquiera a asomarte a la ventana y dejarte caer en barrena. Poco a poco buscamos el principio del fin.
Vuelvo a mis tareas antes de que venga la poli del internet.
PD. Adjunto mi colaboración al super calendario de adviento de Fried Onions!

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