jueves, 8 de abril de 2010

Insuflando helio en el corazón

Se agradece una ración de belleza después de un día disfuncional y nublado.
La encontré en la calle Salvadors 8, a las 9.23 h de la noche, con precisión.
Bordaba canciones el aclamado Nacho Umbert acompañado de una variopinta orquesta dirigida por la vecina 1 (hay que preservar la intimidad de los vecinos, que luego nos paran los groupies por la calle y no es plan).
Tal como estamos saturados de palabras tipo: amor, llamada, esperar, puesta de sol y nostalgia, el señor U nos obsequió con melodías delicadas, pequeños panes amasados y horneados con cariño que me parecieron deliciosos.
Me parecieron altamente cinematográficos. Por ejemplo, con la del señor Esteve, pude ver claramente a este burgués industrial con la chequera abultada, refugiado en un exquisito chalet alpino ubicado en algún valle de Puigcerdà, esquivando la cesión de poderes o un esperado testamento que planea sobre las cabezas de la estirpe familiar.
Y luego los abuelos del palomar también me parecieron muy monos, así como la entrega sonriente a la interpretación de notas y rimas por parte del padre de esta fauna herida de vida.
Amigos, necesitamos flotadores para no caer en el glaciar del aburrimiento y la depresión pre primaveral. Adelante sr. Umbert, atácanos por sorpresa con tu lírica cargada de cotidianidad. Feliz jueves, ya casi llegamos a alguna parte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la la la, mi corazón está volatilizado.