Este fue sin duda el primer fin de semana en que dejé el calendario y la minutera del reloj aparcada y me dediqué a hacer todo lo que quería o me negaba a hacer. Transité por mi casa ahuyentando todo tipo de fauna (mariposas, hormigas y alguna araña), me metí en un tren, me bajé, me bañé, fui a un cine el domingo a las 2.10 de la tarda esquivando cualquier tipo de compromiso familiar inquietante, vi un documental de delfines y tuve insomnio. Ah, y para rematar, sesión de cine de verano a la luz de la luna. Si es que en el fondo estamos hechos de micro partículas de felicidad tejidas a partir de estos pequeños episodios. Y cuando conseguimos hilarlas con dos puntadas seguidas, nos encanta, y nos da la sensación de que estamos en el buen camino.
Y con esto y un café, ya estoy de nuevo en mi puesto de mando y control. Feliz lunes a todos los que consiguieron arrastrarse hasta sus mesas.
lunes, 26 de julio de 2010
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2 comentarios:
es que amb aquest caloreta s'ha d'anar a un altre ritme...
cert, semblem cargols...
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