viernes, 5 de noviembre de 2010

Yo y mi ángel volamos juntos

El título no tiene nada que ver con el contenido, pero me ha parecido evocador.
Ayer podía haber sido uno de esos días de trabajo, teclado, llamadas y repetición ad infinitum de tareas impertinentes. Lo fue hasta cierta hora. La diversión llegó hacia las 8, cuando fui a visitar a mi amiga, impenitente trabajadora en una tienda de tés selectos y universales.
Mientras cerraba la caja y hacía ese tipo de operaciones tediosas, yo me fui a la cafetería de enfrente a esperar y a engullir la cena del soltero, esa comida que llenará tu estómago y que tú precisamente no tienes ganas de cocinar.
Estaba yo deglutiendo berenjenas cuando empecé a oír unos alaridos a 2 metros: una agrupación de boy scouts preparando su próximo asalto terrorista a las montañas. Entre canciones, gritos y aplausos varios, intercepté estas perlas: Ellos harían su propia adaptación del Papamóvil, el Setamóvil (?) y debatían de qué colores la pintarían. Creo que ganó el azul y el amarillo, un claro ejercicio corporativo sueco. Ya digo yo que ya no quedan mentes vírgenes. Hasta los primeros besos están patrocinados por IKEA.
Y con esto y unas cuantas cervezas, me fui a mi casa caminando torcido y pensando que el jueves no estaba tan mal. Y que la cerveza te da alas para aligerar los días del demonio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gran idea lo del setamóvil. Me la apunto para cuando me cambie de coche!