En la vida, a veces no sabes cómo, se llevan el premio los más horteras, los más groseros o simplemente los que enseñan más la morcilla. Ocurrió el primer día del año. Estábamos en una fiesta de estas que empiezan con cuatro botellas y acaba todo el mundo saltando en el suelo, con serio riesgo de acabar todos en el hospital.
El sujeto era un argentino muy de la escuela de marketing directo: Te he visto entrar y mmm (completar con las frases típicas de macho que quiere tender trampa con lazo a hembra). Yo le dije que primero tenía que proveerme de mi gin tonic y luego ya se vería.
Total, que al cabo de x minutos aparece pegándose el filete con una sujeta de metro y poco, vestida con una camisa blanca abierta ajuastada (??) que seguro llevaba algún componente de lycra. El uniforme oficial de secretaria de autoescuela. El caso es que yo me dediqué a negociar con el dj los grandes temas de hoy y de siempre y a bailar. Y cedí el trofeo de caza a esa persona que dijo sí cuando otra dijo no.
Con el marketing directo no se va a ninguna parte. Hay que hacer una buena campaña estratégica y con verdadero amor. Feliz año del jamón jabugo. La era del chopped pasó a la historia.
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2 comentarios:
estás segura que dijiste que no? te vi rondando por allí y un pajarito me dijo que tú también te comiste un filete
Nena, tuve que probar el producto, por si era transgénico.
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