martes, 8 de abril de 2008

Operación primavera

Este dispositivo no policial tiene muchos adeptos, tiene la ventaja de no salir en los telediarios y procura mucha felicidad a los implicados, detenidos, fans, anonadados voyeurs y todos los que berrearon a grito pelado que se querían despedir del invierno. Hay brotes, y no precisamente de soja, por las calles, pasadizos y esquinas. El pequeño hijo-árbol transgénico de nuestro patio ya asoma las manitas verdes y el aire ya es medio tibio y muy apetecible. La semana pasada me adherí al movimiento. Salí un día sin calcetines (error, tuve frío) y predije una gran temporada de terrazas, a costa de mi escaso bolsillo. Esta ciudad tiene unos precios terraceros sólo aptos para oligarquías adineradas, artistas reconocidos en museos y escritores de bestselleres. Podemos optar por comprarnos esos barriles portátiles de 5 u 8 litros o acordarse de meter la petaca en el bolso. Nos va a hacer falta.
Voy a recluirme en mi mesa-mundo porque tengo que entregar documentos, que no pogüerpoints. Feliz inicio del verde lechuga.

3 comentarios:

b. dijo...

cuánta razón... hoy acabé con Lovinda en la piscina exterior del club, comiendo al sol... fríiiiio!

*pez dijo...

Yo creo que en los últimos tres años el árbol del patio es el que más putas las ha pasado aquí. Y aún así, con su impredecible ambición, siendo rama como es, el tío se pobla más que la selva brasileña. Llanera, este año la mesa de madera nos acojerá de nuevo. Y casi, casi, casi gratis.

Anónimo dijo...

pedazo de blog japonés looklike que tienes! Creo que la mala hierba nunca muere; así estamos nosotras!