miércoles, 3 de diciembre de 2008

Cuidado con la modernidad

Un museo cualquiera de esta ciudad abre su entrepierna para mostrarnos su lencería fina nueva. Vamos. Olvidemos lo que nos retuvo en la silla durante 8 horas. Busquemos nuevas emociones, si es que aún existen.
Llegamos. Mini empujones civilizados, tipo, aquí la cultura nos interesa. Nos acomodamos. También nos congelamos. Y escuchamos la buena nueva de los popes culturales. Cierre, golpe de micrófono y disolución de las masas.
Entonces empieza el juego de Yo Soy Más que Tú, porque soy Lo Más, Mírame y Muérete de Rabia porque No Eres Como Yo. Total, mucha gente haciendo el baile del pavo real, desplegando tarjetas virtuales y supuestos encantos y trampas viperinas que conducirán a sus víctimas a una llamada fulminante para requerir de sus servicios y de sus mentes privilegiadas.
Y esto no es una pataleta pública estilo, jo, como no tengo una revista de tendencias o una productora soy una desgraciada. Esto no va por aquí.
Lo que me altera es el museo de cera, la corte de Luis XV, el rey del Diseño y la Tontería.
Entonces vete a un bar de abuelos, y juégate una partidita de mus, me diréis. La pena es que todavía no monten exposiciones interesantes en esos territorios todavía por explotar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Siii, me quedo, ante la duda, con el mus y el solysombra...
va por ti.


el niño de los manteles

Tiriti dijo...

¡No tolero insultos al noble arte del MUS....!

Pink pony dijo...

El MUS es uno de los pilares de la civilización occidental, querido Tiriti, y tu lo sabes :)
Mantelero, a ver si te veo el pelo majo...