Un museo cualquiera de esta ciudad abre su entrepierna para mostrarnos su lencería fina nueva. Vamos. Olvidemos lo que nos retuvo en la silla durante 8 horas. Busquemos nuevas emociones, si es que aún existen.
Llegamos. Mini empujones civilizados, tipo, aquí la cultura nos interesa. Nos acomodamos. También nos congelamos. Y escuchamos la buena nueva de los popes culturales. Cierre, golpe de micrófono y disolución de las masas.
Entonces empieza el juego de Yo Soy Más que Tú, porque soy Lo Más, Mírame y Muérete de Rabia porque No Eres Como Yo. Total, mucha gente haciendo el baile del pavo real, desplegando tarjetas virtuales y supuestos encantos y trampas viperinas que conducirán a sus víctimas a una llamada fulminante para requerir de sus servicios y de sus mentes privilegiadas.
Y esto no es una pataleta pública estilo, jo, como no tengo una revista de tendencias o una productora soy una desgraciada. Esto no va por aquí.
Lo que me altera es el museo de cera, la corte de Luis XV, el rey del Diseño y la Tontería.
Entonces vete a un bar de abuelos, y juégate una partidita de mus, me diréis. La pena es que todavía no monten exposiciones interesantes en esos territorios todavía por explotar.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Siii, me quedo, ante la duda, con el mus y el solysombra...
va por ti.
el niño de los manteles
¡No tolero insultos al noble arte del MUS....!
El MUS es uno de los pilares de la civilización occidental, querido Tiriti, y tu lo sabes :)
Mantelero, a ver si te veo el pelo majo...
Publicar un comentario