lunes, 19 de enero de 2009

Guerra de escobas y anillos

Ayer era un día cuesta arriba y el sentimiento predominante era el del cuarto de hora final de una fiesta de cumpleaños de las de antes, cuando ya estás empachado de patatas de tres mil sabores insólitos, panteras rosas y pastel con fideítos de colores por encima.
Me iba arrastrando por el metro mientras observaba de lejos a dos parejas de unos 64 años con las manos entrelazadas y muchos anillos de oro desigualmente distribuidos por todos los dedos imaginables y por imaginar. Iban elegantes a su manera y estaban pletóricos saboreando en su hipotálamo la función de tarde del teatro Apolo, quiero pensar (igual venían de un intercambio de parejas en el Rainbow, nunca se sabe de dónde procede la felicidad).
Pero la comunidad del Canalillo salvó mi inestabilidad emocional one more time.
Grité ¡vecino 1, vecino 2, vecino 3! y todos salieron coreografiadamente, en plan videoclip de Kylie Minogue, pero sin lentejuelas al patio de luces y los de arriba lanzaron sus fregonas a los de abajo y casi me muero de risa.
Entonces mi estado de ánimo se convirtió en esto:

Y pensé que de mayor quería ser como Luis Buñuel y que no era tan grave hacer anuncios de coches.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

aquesta nit guerra de coixins!!!
vecina 1

Pink pony dijo...

yeeeeeeeeees!

Anónimo dijo...

"el sentimiento predominante era el del cuarto de hora final de una fiesta de cumpleaños..."

voy a llorar. qué bonito.

(pd. si me puteas no comento más :)

Anónimo dijo...

mono gollonet! Un día de estos te toco el timbre (y no es broma)