jueves, 7 de mayo de 2009

Un grande entre los grandes

Desembolsé cuarenta europeos primero dubitativa, luego feliz. El gran Andrés Calamaro volvía al ruedo, esta vez en un espacio civilizado como el Auditori y con todo el pescado vendido (parece el inicio de una de esas crónicas futboleras de grandes encuentros). Lo de espacio civilizado se remonta a que la última vez que fuimos al Razzmatazz a verle acabé en una ambulancia, ante la temperatura ambiente de 49º y la abundancia de sobacos salvajes que poblaban el espacio. Una imagen perfecta de lo que puede ser la antesala del infierno.
Llegó, cantó y se nos llevó metidos en el bolsillo de sus mínimos pantalones pitilleros. Lo que más me gusta de Andrelo es que es honesto y se ve que el tipo ha sufrido. Eso une mucho. Vale, Britney también lo pasó fatal porque pensaba que viviría en un high school meneando pompones ad infinitum, pero mira, le vino la regla y hasta tuvo dos hijos y acabó en un WallMart comprando gambas congeladas.
Andrés da besos a sus músicos, otros de su escuela, tipos duros por fuera blandos por dentro vestidos de riguroso negro y botancas, que le hacen los coros. Y se llaman Candy Caramelo o el niño Luis creo. Es agradecido. Baila como un robot, se mueve feliz por el escenario, campando y entregándose. Y alegrándonos las horas.
Porque después de un día altamente oficinista escuchar que debería estar prohibido haber vivido y no haber amado, me pone a mil.
Pues eso Andrés, dale al mate y a la guitarra, que yo seguiré dándote euros a cambio.

2 comentarios:

Perro guardián dijo...

candy caramelo es el nombre artistico mas grande del mundo !

pink pony dijo...

no lo dudes!