miércoles, 22 de julio de 2009

Champañeros del mundo, somos así

Hay actitudes que aunque a nivel estratégico estén mal vistas, uno las tiene tan interiorizadas que es difícil cambiarlas. Mi "defecto" estrella es la impaciencia, sumado al tema total disponibilidad de teléfono móvil, que me sigue como mi pequeña sombra por ahí donde voy. Entonces, si tengo que posicionarme como una mujer difícil y retrasar el envío de un mensaje a un sujeto x, me pongo de los nervios y entonces pienso, a mí ya no me cambia ni mi madre a estas alturas, voy a seguir en mi tónica impaciente de contestar en 3,5 nanosegundos, que debe quedar muy low cost, pero es que si dejo las cosas para más tarde se me olvida.
Curiosa impercepción de la eficiencia. Pues eso.
Acto seguido, enterré el teléfono debajo de una almohada y seguí com mis asuntos de mujer freelance de la vida.
Y luego vi un buen pastel para completar el día: 50 primeras citas, que pasa en Hawai, y el tío trabaja en un zoo acuático y su mejor amigo es un pingüino al que premia con helados de anchoa. Todo monísimo, y yo me emocioné y pensé, Cosmos, mándame a un sosias de Adam Sandler que cante canciones y haga helados para pingüinos con guinda final.

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