jueves, 25 de marzo de 2010

The kindness of strangers

Deambulando por las calles llegué al templo del chocolate (dentro de poco voy a tener mi butaca, como en la RAE) y esta vez no caí en las redes del chocolate, sino en las delicias de los zumos de mango. ¡Ñam! El caso es que había tenido un día confuso, tal como canta Adam Green, de esos en que morir no creo, pero sí que te entierren entre cubos de Rubik (qué bonita estampa), llegué al cumpleaños de una amiga con cara de boniato.
Allí conocí a las amigas de la cumpleañera, que nos obsequió con un estupendo pastel de chocolate (se ha convertido en mi alimento estrella, últimamente). Muy majas todas, recogí opiniones variadas y esperanzadoras. Por una parte A. me dijo que después de muchas desventuras amorosas conoció a un guionista convertido en relaciones públicas y que era feliz mientras tomaba zumo de fresa con vodka (bonita combinación) con él. A2 me comentó que ella intentaba ser coherente con lo que pensaba. Vamos, que una acción avanza emparejada con una idea. Yo le dije que también estaba en esa onda. Pero cuando llegamos al tema de los políticos que nos llevan a ninguna parte me retorcí ante la pregunta: ¿Pero haces al respecto? Y la verdad es que dije que votaba en blanco. Ya sé que no es lo mejor pero odio esas asambleas utópicas que se llaman Ítaca y nombres por el estilo que creen que vamos a volver al maoísmo. En fin, confusión, chocolate y esperanza a partes iguales.
Sin olvidar a la fotógrafa-carnicera, una gran combinación. Amigos, hoy no sale el sol, pero yo me voy a pintar uno en la mano a ver si surte efecto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jejeje sabia que t'agradaria la combinació fotògrafa-carnissera!! :P
Nena quedem aviat i ens posem al dia de confusions varies eh! Muaks!

Pink pony dijo...

yessssss...Visca els globus!