viernes, 19 de marzo de 2010

Signos de modernidad

Ahora que todo el mundo es dj, ilustrador, masajista, optometrista y como no, participa en fanzines, cuando hay una presentación del mismo, todo el mundo va.
Después de un encierro voluntario, posicionándome contra la mirada volátil y el comentario imbécil, decidí asistir a un evento fanzinero, del que me acaban gustando tres cosas, pero bueno, así salgo de casa y me relaciono con otros humanos.
Conocí a gente interesante e hiperactiva. Un copy que se vanagloriaba de haber escrito una pieza con 17 call to actions, o lo que es lo mismo compra, llama, hipoteca, fornica, algo así como 17 órdenes que te conminan a actuar en un espacio reducido. Una locura en toda regla. Luego hablé con gente que dibujaba, soñaba, reivindicaba y adivinaba los templos del chocolate a los que asisto. Sí, señor, hay mentes perspicaces por ahí sueltas. ¡Bravo!
Ante la perspectiva de libertad condicional por unas horas me he vestido como un árbol de Navidad lleno de colores. ¡Hay que celebrar este estado de ánimo! Y no dejar que algún descerebrado nos joda el día, porque haberlos, haylos. ¡Hoy regalan boletos de felicidad, a por ellos, que se acaban!

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