martes, 6 de abril de 2010

Entregarse a una causa alpina

Ante la duda, la más tetuda, y ante cuatro días de ocio y peligrosidad, nada mejor que entregarse a la bicicleta y a la escapada campestre para sanar mente y cuerpo. Con las piernas y cuatro mapas como armas infalibles, nos entregamos a la causa del pedal hasta cotas inimaginables. Vamos, que a mí me dicen que tenía que subir esas cuestas y seguramente me habría rajado, pero forma parte de la estrategia psicológica de la expedición a dos ruedas el no desvelar antes de lo necesario la geografía que asesinará a tus músculos, porque si no tu cerebro cesará la alianza con las piernas y no llegarás a tu destino. Como highlights podemos comentar: el chandal modelo Christopher Moltisanti que gastaba nuestro amigo D, los gases tóxicos humanos emitidos sin aviso previo, fruto de una dieta rica en fuet y azúcares varios, el baño en una especie de lavadero con señora de 80 años al lado haciendo su colada, cena en Collioure con un equipo de rugby salvaje que no dejaba de gritar, tormenta en la tienda de campaña y reflexión "qué hago en medio de una tormenta con lo bien que estaría en mi cama" y muchas risas varias, la mayoría de veces sin una explicación científica razonable. En fin amiguitos, gracias por vuestra compañía y fuerza física y moral. Sin ellas, no hubiera conseguido volver a mi mesa como un pequeño Robocop. ¡Feliz martes con multa incluida! (ha sido mi regalo de bienvenida al condado de Hereuland)

2 comentarios:

una desatada dijo...

t'has deixat les rialles a les 8 a.m. amb 2 neurones. aquesta noia és un ésser d'un altre planeta, us ho dic jo.

Pink pony dijo...

jojo, i lo que t'agraden a tu, mi pequeña Brigitte Bardot?