viernes, 3 de septiembre de 2010

Oh Viernes redentor

No puedo seguir con este ritmo descantillante y monocorde. No. Quedé con mi amigo Superzebraman, uno de los hombres más inquietos de la tierra y le vi extrañamente relajado. Y lo resumió todo con una simple frase: somos unos flojos. Para empezar, el hecho de no estar encerrada en una mina ya tendría que ser motivo de alegría, pero como siempre queremos más, pues eso. Uno quiere vivir permanentemente en la aldea de los pitufos, en un cártel mexicano lleno de coca y narcocorridos o en un pueblito con tres cabras. Porque ponerle el jeto a la realidad y decirle que te pegue un par de tortas no es fácil. Hay que ser valiente. Y a mí se me ha encogido la metralleta últimamente. Pero bueno, seamos indulgentes, mientras avancemos un par de milímetros al día ya habrá merecido la pena. Así que chirucas y adelante. Ah, y un temazo para abrazar dos días de decompresión y destierro de la alarma. Vamos valientes, ¡que ya se ve el pico de la montaña!

2 comentarios:

Tiriti dijo...

Un HURRA para el señor Superzebraman

pink pony dijo...

Siempre hurra!! :)