lunes, 30 de junio de 2008

Oxigenación mental

Se tiende a asociar al verano con la alegría, con una sesión de castañuelas, con el tinto de verano, pero como todo lo aparentemenete muy alegre encierra su reflejo de tristeza. Las calles vacías, la gente amodorrada en sus salones, luchando contra el sueño, cabeceando, tomando bebidas frías de cualquier color o sabor para levantar el ánimo. En fin, cosas del verano. Por el momento se me antoja triste el verano. En el barrio han cerrado varias tiendas, todo el mundo circula a ritmo lento, como a un metro sobre el asfalto, deambulando sin tener demasiado claro dónde poner la chancleta. Con el verano también llega la intensiva, y de golpe parece que vas a disponer de tanto tiempo que casi ni te lo crees. ¿Será el momento que tu mano derecha esperaba para escribir ese libro que no acabas de vomitar? ¿Finalmente verás todas las películas que tienes esparcidas por la mesa del comedor? No lo sé. Porque cuando no es el calor, son las obras del edificio de al lado, o el perro que ladra o una nube de melancolía que te paraliza. Supongo que ser adulto es darle una colleja a la melancolía y sentarse en la mesa a trabajar. Y luego las ausencias, que son varias y cercanas. Prefiero quedarme con una frase del viernes que me gustó: el universo te da y te quita y al final todo se equilibra. Voy a currar y a engañar a familias equilibradas y católicas para que vayan este verano a la playa a tomar Casera bajo un paraguas de amor y fraternidad. Hasta mañana.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Digo que las aguas esas del conflicto del trasvase no serán como las de aquí, porque éstas poco avío iban a hacer en las huertas, jolines, lo mal que saben y lo sucias que se ven. Inclusamente hay días de restrinciones, que normalmente te pilla siempre en la ducha enjaboná y sin aclarar, una gracia. Me dicen que desde el avión se ven las vomiteras que echa la costa en el mar, pues no hay por supuesto para las depuradoras, y aunque esté feo decirlo, no es la primera vez que servidora va nadando y tiene que esquivar una moñiga con perdón. Lo que debe dar de cuerpo el turismo, que el alcalde está deseperao y me creo que va a acabar echando tanageles en el agua pa que vayamos menos al servicio.Otra problemática son las fosas séticas mal echas, y eso es de espaldas al pueblo, pues vienen los mosquitos. Y por la noche, cuando ya ha pasao el camión de la basura, y ha cerrao la disco, y se ha callao el charlatán de la tómbola, y el de la bultaco metralla, y los del pulpo mecánico de la feria que han montao aquí mismo... Cuando ya me se han pasao los nervios y voy a dormir, me zumba al oído un puñetero mosquito y ya ven los ojos como platos. Y aunque me doy embadurnes, y compro pastillas pa los enchufes y echo frús frús que me atufan y me escuecen los ojos, María, debes tener la sangre mu dulce, porque no perdonan y se ceban en tí.

Digo yo que con tantas cosas raras que inventan, cómo no ha nadie que invente, primero un hacedor de camas automático, fundamental pal ama de casa, y segundamente algo que les haga luminosos a los mosquitos en la oscuridá.

La otra noche, y a la falta de este invento, no podía más y desperté a Manolo pa que me ayudara en el safari, y cazamos siete mosquitos, y ya parece que al fin se podía dormir en este lugar de veraneo indílico que son los apartamentos Madreperla. Eran las cinco de la madrugada, y en éstas, un ruido y es mi Tatianita, que viene a por la cassette de Megadans 3. "Es que necesitamos Balcalao, vieja, que tenemos una fiesta dabuti en Only You", me dice, qué alegría, Virgen María.

¿Ojos que no ven corazón que no siente? No es verdad, pues yo en las noches de verano no veo ni a los mosquitos ni a mis criaturas, y ni uno ni otros me dejan dormir.

A que no hay huevos de enviar esto en el newsletter???

Love...

Pink pony dijo...

Hola mujer safari, no sé si tengo el gusto de conocerte. Yo por mi los mandaba todos a un camping general a refregarse y cantar canciones alpinas juntos. Pero en fin, en todas partes las dan y las toman. Yo para aliviar el verano hago una corriente de aire casera y en casos extreme mucho incienso y contar hasta 1256.