miércoles, 4 de junio de 2008

Una piscina no es una oficina

En el plano de lo deportivo, me quedo con las piscinas. Nada de sudor, a no ser que sea estrictamente necesario. Nada de lycra, ni de botellas de agua. Por eso yo y la piscina somos viejas amigas. Los últimos cursos de la carrera me los saqué por mi cabezón y por la piscina, porque mi sistema nervioso estaba aún más alterado que ahora. Entonces te vistes de sirenita, saltas en plan 1, 2, 3 y dejas de hablar, sólo piensas a ráfagas y avanzas, avanzas, avanzas y ves piernas y cuerpos en carriles contiguos que hacen lo mismo. En silencio. Sumergidos en un nuevo código de gestos y brazos semi curvados. La otra piscina a la que iba era más chula. La de ahora es un poco desmadre. Sin faltar, muchos abuelitos que van a su ritmo de abuelito y que cualquiera les dice nada. Luego están los hipermusculados que creen que van a batir algún tipo de récord en esta piscina dejada de la mano de Dios que no consta ni en el registro de piscinas. Y luego los estresados en general. Los que te tocan los pies en plan estoy detrás, nada más rápido. LO ODIO. Les miro con cara de bulldog con gafas azules y sigo mi ruta de sardina. Ojalá les de a todos por el body-building y me dejen ahí sola, flotando sin más.

5 comentarios:

la Llorona dijo...

Hola champan!
Hoy sí, hoy he decidido escribirte. Soy una de las lectoras que engrosan tu lista de 30 diarios, pero no quería molestar. Simplemente te mando un saludo y felicitaciones por alegrarme las mañanas de oficina cada vez que escribes. Hoy me he decidido a escribirte porque con el post de la piscina me has llegado realmente a la nuez del alma. ¿¡Almas gemelas?! Cuando tenía 14 años, y iba tan asíduamente como tu a la piscina tuve tus mismos pensamientos, podría haber escrito un post calcado al tuyo. Pero bueno, esa es la sensación que se tiene con los buenos escritores, que te parece que hablan por ti, que te han robado las palabras de un magma inédito.
Un abrazo!

Anónimo dijo...

Convertirse en pez globo también es una buena solución. Siempre nos quedará el mar. :)

Anónimo dijo...

Hola llorona, bienvenida al club de las sirenitas. No todas habitamos en Copenhague, pero hacemos nuestros pinitos. La piscina me ahorra dinero en el psicólogo. Feliz día :)

Anónimo dijo...

chof!

Anónimo dijo...

glup...glup... glup... ahí viene miss piscina, me pregunto cómo puede nadar con ese bikini tan pequeño...glup...glup...tengo que cambiar de carril: ¡pareja de abuelas a la vista! glup, glup, glup, ¿cuántos largos llevaré?...chas...chas...chas...si me viera Esther Williams…glup.. glup..