miércoles, 29 de julio de 2009

Euforia matinal

Hoy lo he entendido todo bastante: vamos a enterrar oficialmente los teléfonos debajo de las almohadas para que no suenen hasta el día del juicio final. Si él no te llama, caso archivado y sobreseído. Mientras algún moreno de la calle te siga persiguiendo con la vista, hay esperanza. Hay gente que mide cada movimiento con palabras tan feas como estrategia o inversión a medio/largo plazo.
Los que vivimos con las tripas somos de otro grupo, difícil de compatibilizar con el primero. ¿Hay posibilidad de aproximar estas dos posturas más alejadas que Guadalajara de Sant Iscle de Vallalta? Pensarlo en el próximo semáforo donde os toque esperar.
Por el resto bien, sigo aporreando material exprés para entregar antes de vacaciones. Reafirmo mi postura que el verano es un gran alterador emocional. Recupero la esperanza en el género humano y me lo paso bien en las cenas de parejas (su actitud progresa adecuadamente).
He vuelto al videoclub, veo hombres atractivos por las esquinas y la mujer serpiente insiste en invitarme a cenar.
No sé si habéis entendido algo, pero lo de hoy es un post apocalíptico e integrado, un telegrama del Titanic para que se salve quien quiera o quien pueda.

3 comentarios:

Pamela Liu dijo...

Voy en zodiac, armada y sin telegrafista. ¿Hay esperanza?

Pink pony dijo...

No lo dudes. Y si no me llamas.

Anónimo dijo...

Yes, it is me, darling.