jueves, 16 de julio de 2009

Tardes barcelonesas o seres almidonados

Ayer leí que Matisse se retiró a Niza, alejándose del bullicio imperante en el París de las años 20 y que defraudó a mami, papi y a la tía Ninette cuando dijo que quería ser artista. Y que lo pasó mal el pobre, a nivel moral y económico, hasta que triunfó. Y que lo de ser artista lo hizo a conciencia. Es lo que le recomendaba a su nieto: si quieres ser masón, hasta el final. Nada de mete-sacas: hasta el final.
Todo esto lo leí en un Vogue, que suele tener un 70% de sus páginas glaseadas de artificios carisísimos, pero a veces tiene una guinda que te endulza la tarde.
Escena del crimen 2: inauguración en un centro de arte es-tu-pen-do de la ville. El reino del almidón y la pose, del yo te conozco y podríamos colaborar un día quizás juntos. Suerte que descubrí una bebida nueva, cava con campari y estuve la mar de entretenida, porque si no...Los petardos nacionales brillaban con luz propia. Matisse, cómo lo supiste ver a tiempo, querido...
Volví en bici a casa, canturreando y viendo fachadas. Todo en esta vida está compuesto con infinitos componentes silenciosos que forman los días y las noches. Ayer lo pude comprobar una vez más.

1 comentario:

Domingo dijo...

Pony, llévame contigo a las inauguraciones. Prometo aguantarte la libreta mientras tomas notas.