lunes, 28 de septiembre de 2009

Hacia rutas salvajes

Parafraseando (oh verbo quijotesco) la interesante película de Sean Peann donde un jovencito lúcido e idealista lo deja todo para irse a Alaska porque el sistema apesta, yo lo dejé todo para irme a l'Empordà. Y no a cualquier mirador con esos prismáticos que seguramente te dejarán ciego sin que te des cuenta, sino a la a partir de ahora Gran Fiesta de Bassegoda.
La idea es rememorar esa época de boy scout que todos tuvimos, o bueno, si no la tuvistes, básicamente es una estupenda oportunidad para amanecer entre árboles y saludar a las arañas (me traje una en la chaqueta sin darme cuenta).
El caso es que fuimos al prado elegido para la ocasión, cenamos en comunidad y luego digerimos delante de un fuego tipo sagrado que te lleva al inicio de los tiempos. Esta vez, por eso, no había búfalos. Bueno, quizás sí, pero disfrazados de hombres.
El gag de la noche fue escuchar a una señora que repitió unas 8 veces (de verdad) que no le habían quedado los buñuelos como otros años, y que seguro que alguna fuerza diabólica (o quizás sus hijos directamente) los sacaron del congelador y claro, su reputación de gran buñuelera se había ido al garete. Era tronchante.
Se lo tomó como algo tan personal que se fue a buscar unas parrillas para calentarlos y...bla bla, dar trescientas vueltas por la esplanada repitiendo la palabra buñuelos.
También hubo concurso de cremats (a nosotros nos salió un remedo de Frenadol hotlemon mezclado con mojito caliente), excursión, arrossada popular, bailes de polka y concurso de estirar la cuerda.
Divertido y tronchante, quién necesita un perrito pekinés o un manual para aprender mandarín en 7 días. La respuesta a casi todo está en el bosque.

2 comentarios:

osruca dijo...

"Bosque" Paraula major;alla vam començar a relacionar-nos en grup,per poder així sobreviure a les ciutats per separat.

Pink pony dijo...

i ens foten quatre arbres pelats per aquestes avingudes enformigonades i així fem veure que seguim tots en grup...