viernes, 4 de septiembre de 2009

Nos bajamos al moro

Los astros se han alineado y parece que finalmente montaremos cine club en la terraza. Ayer celebramos cena estratégica para repartir sardinas y cables (porque va a ser cineforum-sardinada) y de paso celebramos el reencuentro de los integrantes de la Comunidad del Canalillo, o sea mis santos vecinos et moi.
Hicimos un intensivo repaso del verano. Creo que el scoop de la noche fue el siguiente: una fogosa vecina espía al único integrante masculino de nuestra comunidad. ¡Tachán! Como nuestros pisos son lo que yo denomino extreme buildings, o sea, te cueces en verano y te hielas en invierno, en los meses de calor hay que ir ligerito de ropa. Mi vecino se pasea como un pequeño Tarzán tañedor de violín, porque a eso se dedica. Gracias a las dulces melodías de su violín ha conseguido encandilar a una bella gitana que vive enfrente. Un jardín separa sus destinos, así como diversas sonatinas de Schubert. La cosa se pone interesante. La pena es que con el otoño Tarzán va a tener que cubrirse con alguna piel de oso para no morir congelado. ¿Conseguirá mantener el interés de la gitana? No se pierdan la próxima entrega del Violinista y la gitana, una producción erótica-festiva del champán Rosa! Por cierto, este domingo sardinada hacia las 7. Traed bebidas espirituosas y una risa puesta.

1 comentario:

Pink pony dijo...

No me puedo creer que el violinista no se haya sentido aludido!