lunes, 14 de septiembre de 2009

Levántate y anda

Un motorista con sus mocasines color crema se planta a mi lado en la bonita cola de bienvenida a todos los padres acompañados de hijos dormidos, incubadores una depresión que todavía desconocen. Y me suelta: "Ya echábamos de menos, esto, eh". A lo que sale de mi boca: "Yo los mataría uno a uno". Sonrisa y sonrisa.
El motorista ha desaparecido de mi calzada y yo de su vida, seguramente santiguándose de los niveles de cabreo colectivo que asolan la ciudad.
Y es que estamos sanos, lozanos, renovados, bien alimentados pero cautivos. Hijos de la repetición. De las compras a plazos y las absurdas conversaciones de ascensor.
Sólo cuando estás conduciendo a 120 por hora en medio de una cortina de agua, piensas, una maniobra en falso y aquí me quedo. Entonces entiendo que sólo con dosis extras de adrenalina nuestra vida cobra sentido. Sólo cuando esperas unos resultados médicos que te aseguran un salvoconducto hacia el reino de la salud, valoras tu existencia en toda regla.
Sólo cuando tienes 3 perros y un periquito o 5 hijos a los que fregar, planchar y cocinar, te olvidas de la palabras yo y circunstancias personales.
Un lunes existencialista más. Bienvenidos. Ya estamos casi todos.

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