lunes, 1 de marzo de 2010

Ahora que llega el fin del mundo

Llámese cambio climático o simplemente condensación de la pena colectiva, pero últimamente el tiempo amanece tapado y triste. Quizás porque haya coincidido con el fin de semana, lo he vivido más intensamente. Por mucho que uno se intecte activar, cruzar piscinas o regar plantas se instala una especie de nostalgia en el pecho, difícil de desalojar. Y es que ser joven y feliz se da por hecho, cuando amigos, la vida está tan llena de matices y grises que no nos vendría mal tomar conciencia.
Me submergí en mi almacén de películas y recuperé a Wong Kar Wai y su estupendo sentido estético y musical. Y me puse más triste, porque sus historias tratan de rupturas, de pozos de soledad, compra compulsiva de botes de piña que caducan el día que te dejó tu pareja...Y la nube de pena se tintó levemente de gris un poco más oscuro.
Pero está bien. Parafraseando al gran Andrés Calamaro, debería estar prohibido haber vivido y no haber amado. Por eso, un poco de Tres en Uno en la cerradura del corazón y a por otra cosa. Porque vivir a veces araña y otras es como una buena copa de vino. Habrá que ir combinando las dos cosas y para evitar la camisa de fuerza. ¡Feliz lunes con sol!

2 comentarios:

una desatada dijo...

oooh! m'encanta, recupero a poc a poc l'esperança i l'art de combinar aquests alts i baixos.

gràcies, wapi per ser-hi :*

Pink pony dijo...

ays...vaig a per dos donuts de xocolata ara mateix!