jueves, 18 de marzo de 2010

La belleza es tan aleatoria

La postura ideal ante la vida es no esperar demasiado. Esa justa medida entre el perdedor latente y el optimista controlado. Porque yo, iconoclasta y vitaminada por naturaleza, siempre voy más allá de mis propias ideas y pensamientos. Y tendremos que darle la razón a David Trueba en la Buena Vida cuando decía que el problema era que en realidad pasaba un caballo y el tío veía un unicornio.
Total, después de esta bonita introducción pre-primaveral, me dispongo a narrar las pequeñas anécdotas del día de ayer. Primero, ver la estupendísima Días de vino y rosas. Triste, contundente, bella Lee Remick, estupendo Jack Lemmon. La vida, señores, en bandeja, tan compleja y poco previsible como de costumbre. Y ella me pareció taaan guapa. Incluso más que Marylin. Porque al final es una conjunción de marketing y tinte que una u otra esté allá arriba. Lee Remick es un bellezón. Y Biskek es la capital del Kirguistán.
Y luego, después de grandes dosis de dramatismo y estupendas réplicas con la bahía de San Francisco de fondo, estrené unas estupendas sábanas estampadas con peonias.
Fue uno de mis rituales. Sábanas nuevas, vida nueva.
Así que nada mejor que un bonito miércoles cuando no esperas demasiado de él.

2 comentarios:

julia dijo...

si fossis gay, series un gran gay

Pink pony dijo...

ahora soy gay también??