jueves, 2 de septiembre de 2010

Oda al mongolismo

Amigos,
Si me hacen un esquema de lo que iban a ser mis días la última semana y parte de esta, hubiera dicho que de ninguna manera esto iba a ser así. Café, despertador, carreras con buses turísticos por la calle Lepanto (cómo odio los buses turísticos, maldito invento ocupador de espacio y de cerebros), comer sola, cantar una canción, sortear mierdas de perro y bueno, lo mejor de la semana: estrenar un vestido muy bonito del año pun que me compré en una boutique ucraniana y nuevo proyecto.
Si Mahoma no va a la montaña, iré yo armada con mis herramientas y piolets al Turó de l'Home (o más allá). Voy a facturar mini videos bonitos de alto valor estético que me van a ayudar a: olvidar indeseables, afirmar que puedo hacer cosas chulas, y que no necesito 30 segundos en un programita de Tv3 para decir que tal, cual y Pascual.
La auténtica revolución empieza por uno mismo. Así que abajo las fajas y a ver si encontramos alguna bonita indicación sobre cómo salir impunes de estas vidas en que nos hallamos metidos. Cada día lo tengo todo más claro, pero al revés.

2 comentarios:

Joan dijo...

va dona, que aviat se'n va la calor i tindrem una tardor preciosa!

Pink pony dijo...

Joan, digue'm quin xarop et prens :)