jueves, 22 de mayo de 2008

La camarera de los cariños

Seguramente muchos de vosotros la conoceréis. Trabaja en el Iborra, el bar-primo del Tomás de Sarrià. Debe tener treinta y pico, alta, pelo rizado y la mayor dosis de amor concentrada en una camarero que he conocido desde que tengo uso de razón, que no son dos días precisamente, sino tres. El caso es que tú le pides cualquier cosa de la carta y ella te contesta: sí cariño, aunque sea un señor de 82 años con puro o si no te suelta el mejor de todos para mi gusto: sí vida. Me encanta. Porque con este sistema, es como si todos los clientes del bar pasaran a ser, durante el rato que tardan en zamparse una ración de boquerones o una tonelada de patatas, sus hijos.
En una ciudad donde normalmente los camareros te rebuznan, es de agradecer esta sobredosis de amor-azúcar. Sí, ya sé que ser camarero es un coñazo, pero ser redactor publicitario puede también llegar a ser doloroso. Podemos jugar a un juego muy chulo: simular que todos somos simpáticos, aunque solo sea un poco. Estoy harta de empleados terroristas que te amargan el día. Y sí, voy a seguir con mis cosas de teclas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

NO MÁS TERROR EN EL TRABAJO SEÑORES, SOMOS PERSONAS. ALLI MUY BIEN DICHO CONXI!

Anónimo dijo...

monaaaaaa! Abajo los pañales inflables y sus correspondientes banners :)

Anónimo dijo...

Your blog keeps getting better and better! Your older articles are not as good as newer ones you have a lot more creativity and originality now keep it up!