lunes, 7 de septiembre de 2009

De domingos y animales

Los domingos, a pesar de ser el día oficial de la depresión, suelen ser el día en que tienes tiempo para todo. Así que el domingo es el día oficial de lectura en la batcueva, o sea, mi casa. Estaba plácidamente enfrascada con las aventuras de un chófer indio, cuando oí varias onomatopeyas procedentes del jardín. La gata Paquita, como si huyera del coyote y de los epxlosivos ACME apareció en un balcón vecino con una pluma entre sus morros gatunos. Me miró, la miré, cerré la puerta. Ya te apañarás. Mientras no nos traiga a Melrose Place la gripe A vía paloma muerta, vamos bien.
Y por la tarde, cuando la melancolía crece como una silvestre enredadera, celebramos una sardinada popular. ¡Bien! Y música brasileña, y unas cañas amigas y reencuentros post verano y pan con tomate. Entonces las palabras retrasado emocional, despertador y celulitis desaparecen, y todo está en sus sitio, disfrutas de La Vida y eres FELIZ.
He llegado a la conclusión este fin de semana que funcionamos por contrastes. Si no hubiera malentendidos, no llegaría el abrazo de reconciliación. Sin presentaciones amasadas a base de pogüer point, no habría sardinadas. Y sin domingos, no tendríamos lunes. Ya estamos de vuelta.

3 comentarios:

Tiriti dijo...

Como decía una campaña publicitaria(de seguros creo)..."Si no extieran los lunes, no nos gustarían tanto los viernes"

Pink pony dijo...

oye, anula la boda y ven a Gotham City de la Burebaa tomar unas cañas. Va a estar la cúpula mayor el finde?

Tiriti dijo...

Me parece que vas a tener que mantener el pabellón tu solita...pero puedes de sobra.

La verdad es que se podían haber casado otro día :(