miércoles, 7 de mayo de 2008

Las decisiones de las argentinas-italianas

Se me olvidó comentar las aventuras memorables del domingo, día del Señor. Mi vecino violinista (sí, existen) me invitó a un concierto al Auditorio, un plan estupendo para un domingo por la mañana, de verdad, porque no perreas en la cama, por ejemplo, sales disparado con un objetivo que cumplir: llegar a una puerta a una hora determinada para escuchar la tercera de Mahler. Aunque me altera ciertamente este músico a veces, me pareció un concierto muy digno, emotivo y espectacular. Ver a una maquinaria de hombres perfectamente sincronizados sacudir instrumentos, acariciar cuerdas y despertar notas de la madera y el metal me pareció sublime. Un pasatiempos de occidentales trasnochados, pero placer al fin y al cabo. La parte más divertida vino luego, cuando entre caña y caña conocí a dos hermanas argentinas, Celina y la otra no me acuerdo, ays, y me parecieron reveladoras, mujeres alegres de la vida, que cocinan con amor en un bar cercano al Auditorio. Yo dije sí a todo, porque necesito encontrarme a gente viva un domingo por la mañana y llegar a la conclusión de que todo esto es un montaje, que la felicidad gravita alrededor de un plato de gnocchi con tomate y que ya está bien de seguir a un reloj de muñeca que te recuerda que ya es demasiado tarde para casi todo. Así que en 12 días, creo, he prometido rendir visita al bar, donde espero reencontrarme con otra mujer revelación, Eva, bailarina incorrupta y fan de las empanadas gallegas. Amigos, hay vida más allá del teclado, no lo dudéis ni un milisegundo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Linda!!!
En breves días te visitaré, me apunto al garito de las argentinas-italianas.
Nunca mejor dicho, que la vida es un carnaval, así, que leña al mono.
Vete reservando!!!!

ABENE

Anónimo dijo...

joder, que gran videoclip, desde luego que miami florida tiene que ser algo surrealista!! muy buena!!

Anónimo dijo...

vivimos muy engañados en esta ciudad. Ración triple de diversión YA!!