viernes, 22 de agosto de 2008

Locura en el buffet

Mi contacto me dijo que el sitio estaba bien, que era un festival de colores y una celebración para los sentidos. Me entregué a sus prometedoras palabras cual fiel discípula de una secta. Iremos a probar el último buffet "japonés" del barrio. Aquel lugar parecía la sección de Asia de un parque temático. Sólo faltaba que las mozas fueran en bikini y ellos con leche de coco esparcida por la pechera, cantando el último hit del verano. No sé si se dio la conjunción de que todos los demás lugares estaban cerrados, pero el restaurante estaba altamente poblado. Todos en masa al buffet, como si estuvieran repartiendo beluga y néctar de papaya. La verdad es que había sushi de colores, unos calamares que vete tú a saber en que poza desconocida habían sido pescados, y chucherías de postre (?). Todo muy postmoderno, como la camarera "japonesa" que llevaba un decapado muy Tina Turner en plan liso y oscuro. También había un montón de gatos solitarios cenando diseminados por aquel salón no imperial. Y pensé, al paso que voy acabaré con el Cuore, detrás de una columna, deglutiendo calamares panasiáticos y rollitos llenos de proteínas secretas. Por cierto, ayer merendé unos cruasanes y llevaban encimas. Tomen nota. Un día nos saldrá una tercera oreja en la zona pariental y aquí no ha pasado nada. Volviendo al horror vacui japonés, he decidido que no me van a ver más. Que no quiero que me empujen unas tiparracas contra una fuente de melones, mientras comentan las unas a las otras que ese pastel de limón (aquello tenía de limón lo que yo de Albacete) estaba muy bueno.
Mi partenaire salió tan horrorizado como yo. Moraleja, hágase un potaje y quédese en casa escuchando a Mendelson. Si me animo os contaré lo que es ir a la peluquería y encontrarse al lado una pesada que iba con un perrito amaestrado que se llamaba Perla, con cuna incorporada. Casi tan salvaje como el buffet imperial.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

todo el mundo sabe que los calamares que dan en los japos y en los bocatas madrileños no son calamares; son anillos de alien que captura la nasa y se los vende para financiar el programa espacial.

(algún día esto será un cuento en mi blog, anoto)

Pink pony dijo...

me encanta el plan! Piensa que si estás más de 20 min. en la ducha te salen unos tentáculos raros raros que van directamente conectados con los de estos calamares. Ahí queda.

Anónimo dijo...

añoraba tus escritos misses conchi! lov

Pink pony dijo...

Lady dónde te metes mujer??
besooos

C.