jueves, 21 de febrero de 2008

Cuando el corazón se deshace como un flan

A veces pasa. Supongo que los niveles de sensibilidad y colesterol tienen algo que ver en este caso. Puede pasa por ejemplo en el metro. No sabes por qué una mujer de mirada perdida en el techo del vagón se duerme lentamente sobre su cuello arrugado de tortuga, coge el bolso con fuerza contra el pecho, y las piernas no le llegan al suelo. Entonces ves las costuras de sus calcetines y sus mocasines desgastados por el lado izquierdo. Y te da penita. Y le darías un gran abrazo energético e incluso te sacarías el abrigo y la taparías, para que durmiese más a gusto.
Lo de los deshechos en la coronaria puede ocurrir en otros escenarios. A mí me sucede a menudo cuando llego a casa después del trabajo. Después de tragarme unos cuantos tubos de escape, sortear alguna abuelita sin gps, rezar para no pararte en el siguiente semáforo, etc, me suelo tirar en plancha en la cama y miro el móvil que cuelga exactamente encima de mi cabeza. Se supone que hay una mano que saca un pañuelo de la chistera, y hay un conejo y una barita que da vueltas. Todo muy mono y evocador. Y abajo, un saco de patatas sin energía, entregado a la gran rueda, que empuja porque no queda otro.
Eso sí, el siguiente paso suele ser ir a la panadería y comprarme una madalena de flor o de chocolate (variable) y ponerme alguna canción revitalizante. Javiera Mena suele ser una gran aliada contra el efecto flan en el corazón.
Os invito a todos vosotos, que lleváis una fábrica de flanes en el corazón a dar puerta al exceso de stock, de caramelo y de azúcar revenida. Luego uno se siente mejor.

4 comentarios:

Mr. Endrinas dijo...

dejate de ostias!! el domingo calxotada o como cojones se escriba,me caguennnnnnnn

Anónimo dijo...

Sí, pero los corazones se siguen deshaciendo como flanes....Pena que tengo yo...

Mr. Endrinas dijo...

Me ha encantado tu post en realidad

Anónimo dijo...

monooo :)