jueves, 28 de febrero de 2008

Los hobbies de cada uno

Es maravillosos que la gente te sorprenda. Especialmante los amiguitos especiales, los más cercanos al cuore. Ayer quedé con el amigo 2 para cenar coliflor con patatas, sí, tal cual, un manjar de marajás que todavía no ha llegado a las tierras del Borne y qué felicidad. La risa es que él lo cocina con una especie de flor mecánica, que se supone que mantiene las tres mil cualidades de las verduras sin aparente alteración. Después de la flor, el vino francés de dudosa procedencia y un poquito de Purcell me salta: ¿quieres que te tome la tensión? Glups. ¿Acaso tienes un pluriempleo tipo médico de familia? Y yo, que en principio digo sí a todo, entregué mi brazo cual reliquia de San Antonio de Padua. Me arremangó, me rodeó las chichas con esa especie de camisa de fuerza de los aparatos y empezó a insuflar aire como si me fuera a salvar la vida desesperadamente. 12,7 estás perfecta. Me partía de risa. ¿Qué hobby es este? Lo de coleccionar monedas, dedales del mundo o gatos persas ha pasado a ser totalmente mainstream. Ahora para sorprender hay que acumular caracoles muertos o tambores de Calanda. El caso, es que el amigo 2 se pasea feliz por su casa con su aparatito para la tensión y gracias a Dios no sale en ninguna revista de tendencia. ¡Larga vida a los que van por libre!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha llegado al alma, la verdad.

El sábado te la tomo de nuevo.

Love,
I.

Anónimo dijo...

ooooh! bonitooo!

Anónimo dijo...

larga vida!