miércoles, 17 de febrero de 2010

Ante la dificultad, dos copas de vino

Este tiempo profundamente gris sólo puede generar toneladas de melancolía, disparar el consumo de bienes eléctricos y ahondar las heridas mal cerradas.
Como un inmenso dedo que hurga tu maltrecho esternón te recuerda que todo lo que haces es adorar al Dios de la repetición. Seguir el camino de baldosas grises que lleva a tu casa, comprar la misma barra de pan de siempre, cenar algún invento recalentado de escaso interés gastronómico.
Eso ya es la puntilla de la decadencia. Mi riñón y mis pulmones, dos de mis órganos más aguerridos, a parte de otros que ya explicaré más adelante, se niegan en redondo a repetir rutas establecidas. Sólo con que me pare en un bar nuevo parece que venzo a la rutina. Sólo con irme a casa con cuatro líneas nuevas de información, parece que pasé el martes con nota. En fin, mucho tiempo libre y excesiva imaginación.
Está bien recabar datos objetivos, caras largas, suelos mojados, porque para romper las reglas, hay que conocerlas bien.
Hoy no pongo video, os cantáis vosotros mismos. Yo sigo todavía con el de ayer: No puedo vivir sin ti, no hay maneraaa, la la la. ¡Que no os pille una nube gigante por sorpresa!

3 comentarios:

Joan dijo...

Els dies grisos també tenen el seu atractiu, no? A mi, de tan en tan, m'agraden.

Pink pony dijo...

yes yes, però en portem 157 no?

Joan dijo...

si... massa seguits, la veritat es que deprimeixen bastant.