lunes, 1 de febrero de 2010

Salir con 31 palos

Con la firme voluntad de encerrarme este finde, mi lado animal y nocturno me empujó a visitar bastantes bares y como no acabar rodeada de talentos de labia y volatilidad mental. Tenía ganas de hablar por los codos, y nada mejor que cerveza y locos a mi alrededor para llegar a buen puerto. Fui a un bar de no sé donde de Poble Sec y allí estuve hablando con un reparador de bicicletas que me enseño un truco muy bueno de cartas y tal. También hablé con un vecino de la zona que iba al bar continuamente, un transportista que era copy y me dijo etilizado: me despedí de mi carrera y ahora llevo paquetes, no está mal. ¿Acabaré de paquetera o vendiendo plátanos en el Lidl? Veremos.
Lo que me impulsó a abandonar el bar, a parte de que tiraban la persiana, fue la preguntita del ex-copy: Quiero averiguar si mi amigo (el doble de Quentin Tarantino, pero versión alemana) tiene escroto. Me pareció muy bien su inquietud, pero yo lidiar con el tema escrotos así como así, prefiero ir a bailar horteradas, que es lo que hice.
Me dirigí al santuario de los borrachos, o sea Plataforma y allí me encontré con toda la chavalería. Algunos nos hacían fotos (?) y también se las hacían a ellos mismos.
Me sentí muy rejuvenecida bailando Duncan Dhu (toma ya). También salí con la moral alta y atlética, muchos machos alfa querían preguntar desde la receta de la tortilla de patata hasta mi estado nupcial.
Me reí mucho, pero la verdad, escribí dos líneas en todo el fin de semana. Básicamente, no se puede tener todo a la vez. ¡Feliz lunes!

2 comentarios:

Tiriti dijo...

Si no escribes eso es que has llegado a lo más alto, a la cima, que estas feliz, como en la canción de Sabina...
" Oiga Doctor, devuelvamé mi depresión..."

Pink pony dijo...

Cierto, la depresión queda oficialmente aparcada hasta nuevo aviso :)